Finalmente ha ocurrido. Este miércoles la Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento Europeo votaba la propuesta de directiva europea de derechos de autor y su posición ha sido afirmativa: luz verde. Continúa la vía libre para esta propuesta de norma comunitaria con preocupantes implicaciones para internet en la Unión Europea y más allá de ella.
Como hemos venido contando a lo largo de estas últimas semanas, la red europea, sus usuarios y sus empresas viven momentos sumamente decisivos mientras esta propuesta avanza en su tramitación. Y no por los memes.
Los principales problemas de esta proposición normativa son su artículo 11, una suerte de canon AEDE a la europea, y el artículo 13, que implicaría el monitoreo del contenido que los usuarios suben a grandes y no tan grandes plataformas en nombre de la protección de los derechos de autor. Para los detractores de la directiva, estos artículos son una forma de cercenar libertades, una máquina de censura y una seria amenaza contra la iniciativa empresarial.
Por qué preocupan los artículos 11 y 13
Para grupos de activistas por los derechos en internet, el artículo 11 no deja de ser un intento de tasa Google o canon AEDE en el conjunto de la Unión Europea.
La docente Raquel Xalabarder, catedrática de Propiedad Intelectual de la Universitat Oberta de Catalunya, considera que da un nuevo derecho a la prensa europea "para autorizar y/o prohibir la agregación e indexación digital de sus publicaciones (un link en internet hasta ellas) durante 20 años". Una amenaza para el enlace, el pilar fundamental de internet.
Para un organización como la Electronic Frontier Foundation, este artículo 11 permitirá a cada país de la unión crear un nuevo derecho de autor sobre las noticias. Ese al que alude la profesora Xalabarder.
De aprobarse, explican, "se tendrá que enlazar a un sitio web de noticias de una manera que satisfaga las limitaciones y excepciones de las 28 leyes [por los 28 países que forman la UE] o se tendrá que obtener una licencia". "Un peligro para los derechos colectivos a la cultura de todos los ciudadanos europeos, el derecho al remix, el derecho a fusionar obras...", en opinión de Carlos Sánchez Almeida, letrado especializado en delitos informáticos e internet.
El artículo 13, por su parte, implica una vigilancia de contenidos protegidos por parte de proveedores. En su apartado 1, señala que "los proveedores de servicios de la sociedad de la información que almacenen y faciliten acceso público a grandes cantidades de obras u otras prestaciones cargadas por sus usuarios adoptarán [...] las medidas pertinentes para asegurar el correcto funcionamiento de los acuerdos celebrados con los titulares de derechos para el uso [...] o para impedir que estén disponibles en sus servicios [...]".
Entre las medidas que deberían tomarse señalan "el uso de técnicas efectivas de reconocimiento de contenidos". La EFF dice que esto implicaría que las plataformas "tendrán que filtrar todas las contribuciones de sus usuarios mediante una base de datos de obras protegidas por derechos de autor" y AMETIC, la patronal de la industria tecnológica digital en España, considera que "erradica la seguridad jurídica que ha aportado durante más de una década la exención de responsabilidad". Sería esa "gobernanza algorítmica" de la que habla Simona Levi, directora teatral y fundadora de Xnet.
Para Maddalena Falzoni, directora ejecutiva de la startup MaadiX y también miembro de la plataforma Xnet, esta directiva frenaría la innovación y propiciaría la salida de empresas de la Unión Europea. ¿Por qué? Porque de facto obligaría a implementar tecnologías de reconocimiento de contenido y no todas las empresas podrían hacer frente a los costes de la implementación de esa tecnología.
Qué va a pasar a partir de ahora
Tras esta votación de la Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento Europeo, la propuesta avanza en su tramitación parlamentaria hacia sus últimos pasos. Una vez que la Eurocámara haya votado un texto concreto, en virtud de lo que se conoce como procedimiento de codecisión, el Consejo deberá fijar una posición.
Como explicamos en ocasiones anteriores, si estas dos instituciones europeas discrepasen sobre la propuesta de directiva se iniciaría un procedimiento de conciliación entre las partes. Si se alcanza un acuerdo político entre las dos partes, se votara el texto consensuado.
Cualquier enmienda o reforma de lo que este borrador decía debería haberse llevado a cabo previamente a su paso y aprobación por la Parlamento Europeo, por lo que la decisión ahora está en manos de los eurodiputados. De hecho, en la votación de hoy, se han desestimado enmiendas que tenían por finalidad sacar de la directiva esa especie de canon AEDE europeo, la también llamada link tax.
Ahora, si se pretende detener, debe ser en su conjunto dado que no son posibles enmiendas ni modificaciones. De no aprobarse en sesión plenaria de la Eurocámara, el texto volvería a la Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento Europeo donde volvería a ser debatida. Se espera un acuerdo antes de finales de año por parte de la Comisión Europea y, por tanto, su aprobación definitiva.
En Genbeta | Por qué nos jugamos el futuro de internet en la Unión Europea con la propuesta de directiva de copyright
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