El gobierno canadiense liderado por Justin Trudeau ha puesto sobre la mesa a las grandes plataformas de streaming su proyecto de Ley de Streaming Online (conocido como 'C-11') con la que espera poder alterar los criterios que éstas aplican a la hora de recomendar contenidos a sus usuarios.
Concretamente, el objetivo de Trudeau con esta norma, sucesora de la vigente Ley de Radiodifusión —aprobada antes de la creación de la WWW— es que las citadas plataformas recomienden preferentemente contenido canadiense a los usuarios canadienses, dejando de lado para ellos las preferencias personales de los usuarios, expresadas mediante su historial de reproducciones.
Oficialmente, su principal objetivo es que plataformas como Netflix, HBO y Disney+ se vean sometidas a las mismas normas que las emisoras canadienses tradicionales, y fuentes del gobierno sostienen que la norma está enfocada en contenido "comercial", no en aquel generado por los usuarios.
Una cosa es la explicación, y otra la letra de la ley
Sin embargo, YouTube, una de los mayores plataformas de streaming del mundo (además del mayor repositorio de contenidos generados por el usuario), ha afirmado que, tras llevar a cabo una evaluación legal del contenido del proyecto de ley, han llegado a la conclusión de que éste otorga al organismo de control de medios canadiense mayores poderes para regular precisamente esta clase de contenido no comercial:
"Se necesitan definiciones más claras y un lenguaje más preciso para garantizar que el proyecto de ley no afecte involuntariamente a los creadores digitales e impacte negativamente a los miles de creadores canadienses en YouTube y a los millones de canadienses que usan YouTube todos los días".
La diputada Rachael Thomas, del Partido Conservador del Canadá, ha acusado al gobierno de "perseguir" a los creadores digitales y a los "nuevos artistas innovadores" para apoyar a "artistas tradicionales y anticuados que no pueden acceder a la audiencia de otra manera".
Si, efectivamente, esta norma se aprobase tal y como está, y YouTube se viera obligado a promocionar contenido 'Made in Canada' contra las preferencias de sus usuarios, eso se traduciría en dos consecuencias:
Usuarios canadienses que no encuentran (no fácilmente, al menos) la clase de contenido que buscan.
Creadores de contenidos canadienses cuyos vídeos dejan, automáticamente, de lograr visibilidad fuera de Canadá… dado que dicha visibilidad depende de la interacción con los usuarios (visualizaciones, likes, comentarios) que han accedido previamente a esos vídeos.
Así, al mostrar contenidos a usuarios canadienses que no están realmente interesados, se reducirá su interacción, reduciendo así potencialmente la audiencia mundial (e ingresos) de sus compatriotas con canal propio. En 2020 más del 90% del contenido producido en Canadá se vio en el extranjero, recuerdan desde YouTube al ejecutivo liberal de Trudeau.
Vía | CTVNews & Reclaim The Net
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