Dismorfia de Snapchat, dícese de cuando alguien se obsesiona con parecerse a la versión de sí mismo que obtiene con los filtros de Snapchat. Puede parecer una broma, pero el término ha sido acuñado por la doctora Neelam Vashi, directora del Ethnic Skin Center en Boston Medical Center, para referirse a una tendencia real y creciente dentro de la cirugía plástica ente los jóvenes.
Antes los adolescentes solían obsesionarse con pequeños detalles como el tamaño de su nariz u otras cosas más notables. Pero ahora, tal y como empiezan a denunciar algunos cirujanos, cada vez se obsesionan más con pequeñas líneas e imperfecciones perfectamente normales, pero que los filtros de Snapchat o Instagram ocultan. Y eso les lleva a querer operarse para parecerse a cómo se ven en sus selfies en redes sociales.
Tal y como ha advertido la doctora Vashi en un artículo publicado esta semana en la revista Facial Plastic Surgery de la Asociación Médica Estadounidense, el continuo uso de los filtros de belleza de las populares redes sociales basadas en fotografías está alterando la percepción de la belleza de muchas personas.
El photoshop siempre ha alterado la realidad en los famosos, haciendo que algunas personas busquen en la cirugía una manera de alcanzar lo que consideran la percepción de sus ídolos. Pero ahora todos tenemos acceso a pequeños retoques digitales que nos hacen parecer más atractivos, por los que los nuevos modelos a seguir son las versiones modificadas de nosotros mismos.
"Unos pocos toques en Snapchat pueden darle a tu selfie una corona de flores u orejas de cachorro. Un pequeño ajuste en Facetune puede suavizar la piel, hacer que los dientes se vean más blancos, y los ojos y labios más grandes", explica en el artículo. "Luego se comparte rápido en Instagram, y los me gusta y los comentarios comienzan a llegar. Estos filtros y ediciones se han convertido en la norma, alterando la percepción de belleza de las personas en todo el mundo".
Según la doctora, esta alteración de la percepción de la belleza puede provocar enfermedades mentales reales como el trastorno dismórfico corporal, que es cuando una persona tiene preocupación excesiva por algún defecto, ya sea real o imaginado, percibido en sus características físicas.
Una tendencia que crece año a año
"La gente trae fotos de ellos mismos en ciertos ángulos o con ciertos tipos de iluminación", ha explicado la propia Vashi a medios como Inverse. "Veo muchas imágenes que realmente son poco realistas, y establece expectativas poco realistas para los pacientes porque están tratando de parecerse a una versión fantaseada de ellos mismos".
Una de las peticiones más comunes según la doctora es la de buscar unos rasgos más simétricos. Lo normal es que nuestras caras sean asimétricas, pero los filtros de este tipo de redes sociales suelen tender a hacerlas un poco más simétricas para que resulten más atractivas alisando la cara y eliminando imperfecciones.
Este tipo de procedimientos está empezando a crecer de forma alarmante. Según un informe de la Academia Estadounidense de Cirugía Plástica Facial y Reconstructiva, el 55% de los cirujanos atendió a pacientes que "querían verse mejor en sus selfies" en 2017, lo que supone un repunte del 13% respecto al año anterior. Además, el informe también califica las redes sociales como una "fuerza cultural" capaz de cambiar la industria de la cirugía plástica.
Vía | Inverse
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