No corren los mejores tiempos para la reputación del tratamiento de datos que recoge Alexa, el asistente personal de Amazon. Según Bloomberg, hemos podido conocer que gracias a los datos recabados, algunos empleados de Amazon pueden acceder, además de a grabaciones realizadas por el asistente, a la dirección exacta de los usuarios, algo que Amazon no ha negado aunque sí nos aseguró que "el acceso a las herramientas internas está altamente controlado, y sólo se concede a un número limitado de empleados".
Sin embargo, la cosa no queda ahí, pues según informa CNET, pese a que Amazon permite a los usuarios de su asistente eliminar las grabaciones, las transcripciones generadas automáticamente no se borran, con lo que la compañía tiene el acceso a las palabras que han salido de nuestra boca, aunque falte el contexto que aporta el audio. Los registros de texto permanecen en sus propios servidores, sin que se pueda hacer nada para eliminarlos.
Amazon dice que está trabajando en eliminar todos los registros, pero no niega que ahora mismo se guarden
Cnet se ha puesto en contacto con Amazon para preguntar sobre estas prácticas, y esta ha sido la respuesta de uno de sus portavoces:
"Cuando un usuario elimina una grabación de voz, también eliminamos el correspondiente texto transcrito asociado con su cuenta de nuestros principales sistemas Alexa y de muchos subsistemas, y tenemos trabajo en marcha para eliminarlo de los subsistemas restantes".
Es decir, que aunque no sea en el sistema principal de almacenamiento de Alexa, los datos sí permanecen en otros servidores, aunque es posible que por poco tiempo, dado que la compañía afirma estar trabajando en que tampoco se almacenen en los otros subsistemas.
Las transcripciones que se recogen no sólo son las procedentes de altavoces Echo, sino de cualquier sistema que funcione con Alexa. Incluso con Portal, el altavoz/pantalla inteligente de Facebook que también permite interactuar con Alexa, y a cuyas interacciones con el asistente de Amazon Facebook no tiene acceso, según un portavoz de la gran red social.
Como siempre, la justificación de las compañías alrededor de estos casos radica en que mediante estos archivos se entrena a los asistentes y se aprende de sus imperfecciones de cara a mejorar sus respuestas. Amazon los utiliza para emplearlos en aprendizaje automático, y una vez este ha finalizado, elimina los archivos. El problema es que, según CNET, Amazon tampoco informa sobre cuánto tiempo le lleva este proceso.
En Genbeta nos hemos puesto en contacto con Amazon para conocer de primera mano la visión y perspectiva de la compañía al respecto, y actualizaremos el artículo cuando obtengamos respuesta
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