A lo largo de los últimos días nos han llegado dos noticias con distintos protagonistas, de distintos lugares pero con un trasfondo similar: a veces el opinar puede pasar factura (y literalmente) en Internet. La primera de ellas se ha producido en Burdeos (Francia). Caroline Doudet mantiene un blog cultural, Les Chroniques Culturelles, donde escribe un poco de todo. El año pasado decidió publicar una opinión negativa del restaurante italiano Le Cap-Ferret a raíz de una visita que realizó. ¿Qué han hecho desde el restaurante? Denunciarla.
Al parecer, los dueños del establecimiento se quejaban de que el artículo les estaba causando bastantes problemas y que habían perdido clientela. El artículo en sí ha sido eliminado, pero podéis leerlo aquí. En él no se decía nada del otro mundo (servicio tardón, poco amable con los clientes...) y a lo más lejos que llegaba era llamar "diva" a su dueña, nada distinto a otras reviews que nos podemos encontrar en Yelp u otras aplicaciones similares. ¿Cuál era el problema entonces? Que estaba muy bien posicionado en Google.
Los dueños del restaurante se quejaban precisamente de eso: dicen que su establecimiento es muy popular entre los jóvenes y que estos, al buscar referencias, se encontraban de bruces con el artículo crítica. Además, para ellos la review era más un insulto que una crítica. Un tribunal francés ordenó a la blogger cambiar entonces el título del artículo (que era algo del tipo "Un lugar a evitar: Le Cap-Ferret", pero ella decidió borrarlo para evitar más problemas.
A fin de cuentas, la bromita le ha salido cara: aunque el post tiene, según la autora, un número de visitas inferior a la media (490 frente a 600 o incluso 1000 visitas que han logrado otros artículos), el juez ha considerado que deberá pagar una multa de 1.500 euros en concepto de daños e intereses y los 1.000 euros que ha costado el proceso legal. En total, 2.500 euros por escribir su opinión de un restaurante en Internet. "Si los bloggers no tienen la libertad de escribir reviews negativas, las reviews positivas tampoco tienen sentido", decía la autora del blog, que además asegura que el restaurante no se puso nunca en contacto con ella para solucionar el problema antes de demandar.
Amazon, obligado a desvelar las identidades de los que opinan
Y vamos con la segunda noticia: un tribunal de Washington (Estados Unidos) ha dado la razón a Ubervita, un fabricante de suplementos de nutrición deportiva, que ahora podrá obligar a Amazon y Craiglist a que le entreguen las identidades (nombre, dirección, teléfono, IP, etc.) de los usuarios que han valorado su producto en ambos portales web al considerar que se estaba produciendo una "campaña de juego sucio" contra ellos.
Ubervita se quejaba de que se estaban produciendo pedidos falsos y que se estaban publicando reviews negativas fraudulentas en Amazon. En cuanto a Craiglist, denuncian que alguien ajeno a la compañía había creado una oferta de trabajo que proponía escribir reviews positivas a cambio de dinero (dañando así la reputación de Ubervita) como sabotaje hacia ellos. Si bien el caso va más allá que una denuncia por una review negativa (aquí hablamos de reviews falsas), puede ser un peligroso precedente.
Los problemas de las opiniones en Internet
Por desgracia, estas dos situaciones no son casos aislados, y cada vez son más las denuncias (o amenazas de denuncias) que algunos establecimientos realizan contra clientes que publican comentarios negativos sobre ellos. En España ya hemos tenido varios casos que han llegado ante el juzgado, y una rápida búsqueda revela algún otro que no han llegado a juicio. Algunos establecimientos, en cambio, se quejan de que ellos no pueden hacer críticas sobre clientes y ya están buscando la forma de ponerle solución.
Otros aseguran que existen "mafias" que se dedican a perjudicar su reputación a cambio de dinero o por intereses propios, y reclaman un mayor control. ¿Cómo limita el derecho al honor a la libertad de expresión? Es la gran pregunta que nos dejan todos estos casos. En Turismo y Deportes Abogados hacen una observación interesante al respecto: "Eliminar un contenido de Internet a veces produce un efecto contraproducente pues se le puede llegar a dar más difusión". En el caso de la blogger francesa y de los suplementos deportivos, es justamente lo que está ocurriendo.
Imagen | Stock Monkeys
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