La propuesta de reforma constitucional que hace un gobierno agonizante en el tiempo de descuento y que no contempla que ésta deba ser aprobada por los ciudadanos en referéndum ha movilizado a miles de internautas que con el hashtag #yoquierovotar, trending topic, han inundado Twitter de mensajes críticos contra una reforma despótica que es una provocación al 15-M que reclama ampliar los cauces democráticos de participación ciudadana.
La propuesta de reforma constitucional sin pasar por las urnas ha encontrado en Esteban González Pons a su mejor portavoz, ya lo fue del gobierno Camps, que ha aclarado que el Partido Popular respalda que esta reforma constitucional no requiere de la celebración de un referéndum y que, dada la existencia de acuerdo entre los dos principales partidos, "puede hacerse con relativa rapidez".
Ellos se lo guisan y se lo comen abusando de una ley electoral que hace muy difícil que las minorías consigan los 35 diputados que pueden forzar la celebración de un referéndum constitucional. ¿Temen que el 20-N pueda producirse una gran movilización ciudadana en las urnas que lleve a 35 diputados incómodos al Congreso? ¿Por eso las prisas? ¿No se sienten capaces de ganar el referéndum?
Precisamente Izquierda Unida, un millón de votos y 2 escaños, ha criticado a través de su portavoz en el Congreso, Gaspar Llamazares, que "no es aceptable" que "un Parlamento moribundo" tramite una reforma de la Constitución que ha calificado de golpe al estado social y a la participación democrática.
Pero más allá de lo que en términos ideológicos (izquierda-derecha) pueda suponer la propuesta de reformar la Constitución para introducir un límite al déficit público, sin duda para la izquierda clásica una provocación sin precedentes, hay una primera parte que es la de reformar la Constitución sin consultar a los ciudadanos (modelo democrático). Sin duda el PSOE ha escuchado al 15-M. Ya le ha respondido.
Foto | Gustavo Bravo