Así, en plan tranquilizador y tal, Eugene Kaspersky (de los Kaspersky del antivirus) teme que lo del virus Flame no sea más que un aperitivo de 20 MB para la destrucción total, "el fin del mundo que conocemos si no hay cooperación internacional contra este peligro". Nada de colapsos medioambientales, sino que todo vendrá por los derroteros de la red. Ay, si no existiera internet...
Según Kaspersky, estamos ante actos de ciberterrorismo, más que de un acto de ciberguerra. No hay una noción clara de dónde y cuándo puede venir el siguiente ataque. En el caso Stuxnet, que por cierto distó mucho de ser obra de unos frikis del hacktivismo, el ataque fue frontal y evidente, pero el Flame fue mucho más sibilino, acumuló información hasta decir basta, y nadie fue consciente de ello.
Y entonces, sacando la tarjeta de visita, Kaspersky asegura que si no se actúa rápido todo irá a peor porque los países por sí solos no tienen suficientes defensas para repeler este tipo de acciones, que además salen tan baratas que pueden propagarse con mucha facilidad. Bueno, y más, si hay luz verde para este tipo de proyectos. Según Kaspersky, para crear el Flame fueron necesarios menos de 100 millones de dólares, entre pagar ingenieros, expertos, analistas, técnicos, maquinas de café... Si la guerra siempre fue un negocio redondo, la ciberguerra ya es el súmmum de la rentabilidad.
Y para muestra...
Vía | El Mundo En Nación Red | Flame, el virus que espía, podría ser una 'ciberarma' estratégica, Ni Anonymous, ni Hacktivistas, ni Ciberterroristas: fue la Casa Blanca