El sitio de streaming musical gratuito, Grooveshark, ha sido demandado por la discográfica Universal Music por ofrecer más de 100.000 canciones que incumplen la ley de propiedad intelectual. Los de Grooveshark afirman que tienen un acuerdo con discográficas como EMI y que en todo caso no son responsables de violación de derechos de autor ya que no son ellos, sino los usuarios, los que suben canciones a su sitio para que millones de personas las escuchen sin pagar.
El origen de la demanda estuvo en una discusión en el blog Digital Music News (el grupo King Crimson se quejaba de lo difícil que es bajar música de Grooveshark) donde un post anónimo de un supuesto trabajador de Grooveshark comentaba que:
Se nos asigna una cantidad predeterminada de canciones que hay que subir al sistema, y si logramos subir más (lo que no es fácil) se nos da un pequeño bono. Estas asignaciones son asumidas como órdenes directas desde arriba, no es voluntario (…) en la práctica no hay necesidad de que los usuarios suban discos ya que nosotros lo hacemos a diario.
Los abogados de Universal, uno de los cuatro sellos más grandes del mercado musical, siguieron la conversación y, tras una investigación propia, presentaron la demanda donde acusan a los ejecutivos de subir ellos mismos música protegida con derechos de autor a Grooveshark.
En concreto denuncian que el presidente ejecutivo de Grooveshark, Samuel Tarantino, subió al menos 1.791 canciones, y que los vicepresidentes Paul Geller y Benjamin Westermann-Clark subieron 3.453 y 4.600 archivos respectivamente.
La discográfica pide cerca de 112.000 euros en concepto de daños y prejuicios por cada infracción de la ley de propiedad intelectual. Por lo que, si se comprueba que el total de canciones que incumplen las leyes de copyright son 100.000, Grooveshark se enfrentaría a una demanda inasumible.
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