¿Se imaginan un mundo en el que, por ejemplo, el doble clic estuviera patentado? ¿O el mero hecho de vender algo a través de una red de telefonía móvil? ¿O pagar mediante tarjeta de crédito? Abran los ojos. Bienvenidos a las patentes de software, y sepan que los tres ejemplos, no son tales. Son conceptos actualmente patentados.
Por suerte, en la Unión Europea, las patentes de software no se aplican de forma legal... aún. Ya en 2005 los lobistas de la industria lanzaron una ofensiva para que así fuera, pero finalmente se lograron esquivar los intentos, incluyendo el que se disfrazó incluyéndolo en una sesión de los ministros de agricultura.
Ahora, años después, el lobby del software privativo vuelve a poner el tema encima de la mesa, con otro disfraz mucho más sofisticado, el de la Patente Unitaria. Éste sistema funciona del siguiente modo: si la Oficina Europea de Patentes registra y aprueba una patente, ésta será válida automáticamente en todos y cada uno de los estados miembros.
Es decir, si la OEP aprueba la patente del doble clic a Microsoft, actual propietario, cualquier desarrollador de software de la Unión Europea cuyas aplicaciones requieran hacer un doble clic, deberá pagar a los chicos de Redmond para poder incluirlo. Y quien dice el doble clic, dice algoritmos, funciones, conceptos y demás, ya que patentar software equivale a patentar una mera idea, o un movimiento específico de una mano.
Pero el sistema aún tiene un punto más de perversidad. En caso de dudas, disputas o alegaciones contra una patente, la palabra final la tiene la OEP, y a la OEP le interesa registrar patentes con tal de cobrar, así que la cosa está clara. El problema, por si alguien sale con eso de "ya están los internautas otra vez", no sólo radica en las patentes de software, si no que se aplica a cualquier tipo de patente. Todas.
Otra vez nos encontramos ante intentos de legislación con trampa, ya que aunque a primera vista parezca una buena idea, como la neutralidad de la red, aplicar leyes con resortes sorpresa puede ser bastante perjudicial a largo plazo.
No se necesitan ideas patentadas. Se requieren ideas que se puedan hacer, y llevarlas a cabo. Todos salimos ganando.
Vía | The Guardian Foto | Alex Muntada