La firma de la Declaración crítica con ACTA (doc) ha generado un serio problema a la Unión Europea que amenaza con abrir una nueva crisis entre la propia Comisión y otra vez, como no, Sarkozy, partidario de firmar ACTA en Tokio. Esta misma semana.
En El Elíseo, otra vez, sonaban todas las alarmas y se repetía la historia, otro problema muy serio con un comisario europeo. Karel De Gucht, que no ella, comisario de Comercio.
El belga le amargaba el día y ya veremos si el año. Todo empezó cuando a Sarkozy le contó su buen amigo Barnier, que el comisario belga y liberal (proACTA) había dado por hecho que en Tokio "no se firmará nada" y sugerido en voz alta, incluso la posibilidad de que la Unión Europea se retire y no vuelva a más reuniones como han hecho China y la India que ya no están en la lista.
Como será lo que ha visto el bueno De Gucht, viejo amigo, para que ante tanta presión y desprecio a la Comisión, que hacía bien su papel al servicio de los lobbies, se haya visto obligado a reconocer que esto ya es demasiado y que si los eurodiputados han firmado una declaración que es muy crítica con ACTA, pues que "hay cosas que no se pueden hacer".
Esto fue justo dos semanas antes de que los negociadores de la Unión Europea se fuesen de Ronda a Tokio, ahora ya están por allí, salvo hoy (domingo) que tienen fiesta, preparando todo lo relacionado con la policía privada de derechos de autor en la Red y la negación de un juicio justo.
¿Peros esos negociadores responden ante la Comisión, como es su obligación o resulta que ellos son verdaderamente representantes de los Jefes del Consejo donde Francia, en especial, manda cada día más?. ¿Qué les dará Sarkozy? A Barroso una bronca.
Pues bien, fuentes próximas a un@ comisari@ aseguran a Nación Red que el "Consejo" (Sarkozy y sus amigos) les presiona para firmar el Acuerdo comercial anti-falsificación (ACTA) a pesar de la posición del Parlamento Europeo expresada en la Declaración Escrita (W12).
¿Quién debe tomar esta decisión? No será la Comisión en la que hay división para firmar el Acuerdo y bajo ningún concepto se va a firmar en Japón.
Si bien a la larga no se esperaba una gran oposición, el caso de los gitanos ha envalentonado un poco al "gobierno de Europa" y como en ese caso se apoyan un poco más en el Parlamento Europeo y se atreven ya a decirle a los del Consejo que preside un tal Van Rompuy, que a ellos los ha elegido el parlamento soberano de los ciudadanos europeos. Lo que a Sarko y tres más, les debe provocar una risa estomacal.
Y ese es el problema de Europa que carece de cabeza y sus gobernabilidad está sin resolver y aquejada de un déficit democrático ya casi irresoluble entre un Estado-Nación que no acaba de morir y que si ha de morir, exigirá el cetro imperial, París será como Roma. Ni Estados Unidos de Europa ni nada que se le parezca.
En el Parlamento Europeo no se descarta una sonada dimisión (en la Comisión) si la presión llega tan lejos como para forzar la firma en los próximos días, casi en las próximas horas y se escenifica en Tokio. Hasta el 1 de octubre tienen los negociadores reservadas habitaciones.
Ha sido la Comisión quien ha frenado al Consejo que es tanto como decir al emperador de Francia, que lo quiere ser de Europa. Pero la determinación es a firmar este año y ya veremos si en Tokio alguno saca su pluma.
Como alguien, en la Comisión, ha sacado el papel de la Declaración crítica con ACTA, prueba de su valor y de la movilización. Prueba también de que la derrota del Informe Gallo habría sido el final y una victoria histórica de este mundo digital. Esa no se ganó, fueron capaces de todo. Conscientes de lo que se jugaban.
Nos queda el Reino Unido donde la percepción de oscurantismo con respecto a la negociación del acuerdo se ha incrementado al desvelar la Oficina de la Propiedad Intelectual que ninguna institución democrática de aquel país ha "visto" documento alguno relacionado con ACTA. Claro, todas las competencias son para Sarkozy.
España bien, gracias, como siempre. Con Zapatero aquí y Mayor Oreja allí.
En Nación Red | ACTA cede... competencias a ¡Sarkozy! Foto | The Prime Minister's Office