De acuerdo, seguramente la motivación del FBI para entrar en Megaupload como quien rueda una secuencia de la última película de James Bond (Dans dixit) viene dada por una llamada de esas de teléfono rojo y música incidental wagneriana tras el aluvión de correos electrónicos enviados a los congresistas estadounidenses durante el día del apagón. O eso, o el hijo de alguien quería hacer los deberes copiando de la Wikipedia, no pudo (uno entre 162 millones de usuarios) y se enfurruñó.
Sea como fuere, no han sido pocos los usuarios que han tenido todo tipo de recuerdos para aquel que haya tomado la decisión, habida cuenta de que en los servidores de la empresa desconectada tenían albergados archivos de su propiedad sin más derechos de autoría que los suyos propios. Y esta actuación sienta no sólo un polémico precedente sino un riesgo manifiesto, que además es dual.
De un lado, ¿quién garantiza ahora que el FBI no vaya a entrar en Rapidshare, Ubuntu One... o hasta en Flickr? Quizá el primero de los mencionados esté ya en la lista negra de los federales, porque a nadie se nos escapa que con Rapidshare sucede lo mismo que con Megaupload: ambos son un referente en cuanto a almacenamiento de contenidos protegidos por la ley que ampara los derechos de autor, aunque también contienen archivos de particulares que no tienen nada que ver con la llamada piratería. Y en el caso de los otros dos, el ejemplo es aún más claro.
¿Que están matando moscas a cañonazos? No hay duda. Y lo más curioso de todo es que el insecticida que han aplicado, lejos de erradicar cualquier bicho de esos que tanto temen, lo único que hará será propagar la causa de sus dolores de cabeza. A rey muerto, rey puesto. No lo digo yo, lo muestra la Historia, que es tozuda para eso y para más.
Ahora, hay quien dice que nadie confiará sus copias de seguridad a la nube, y eso abre otro hilo, dejando de lado los típicos argumentos de “como en tu ordenador, en ningún sitio”. Que no digo que no sean más o menos ciertos (robos o incendios al margen y episodios como el de Amazon al margen), pero la cuestión es mucho más profunda que todo eso.
¿Cuál es el límite de las actuaciones del FBI? ¿El cierre de empresas llegará hasta… Google, por ejemplo? Ah, que se trata de una cuestión de tamaño. Entonces, sí, la nube es un mal negocio para muchos emprendedores que habían invertido su capital ahí, porque los políticos que instan al FBI a tumbar una empresa, lejos de propiciar una sociedad más justa y equilibrada, están promoviendo la ley de la selva.
Pero… un momento. Si en el fondo estamos hablando de una cuestión de tamaños, de una guerra abierta entre unos y otros modelos de negocio, y si el FBI puede arrearle una patada a una empresa para preservar los derechos de otra más grande, ¿para qué demonios quieren en Estados Unidos una ley como la SOPA? ¿Qué falta les hace?
En Nación Red | Megaupload cerrado por violar las leyes antipiratería [se han producido varias detenciones]