La Unión Europea sigue financiando el desarrollo de un sistema de vigilancia que analiza desde las conversaciones en las redes sociales a las imágenes captadas por las cámaras de videovigilancia (CCTV) instaladas en múltiples espacios públicos de toda Europa. Sin olvidar las imágenes captadas por aviones no tripulados...
Un plan que ha merecido el calificativo de orwelliano y del que sabemos más por WikiLeaks que por las instituciones que "gobiernan" la Unión Europea y que han financiado con más de 20 millones de euros el desarrollo de un sistema de vigilancia en el que colaboran desde el Ministerio del Interior de Polonia o la Policía de Irlanda del Norte a empresas y universidades (pdf) que se han beneficiado de esta inversión pública.
El Proyecto INDECT tiene por misión (oficial) la de "desarrollar una plataforma para el registro y el intercambio de datos operativos, el procesamiento inteligente de toda la información y la detección automática de amenazas y el reconocimiento de comportamiento anormales o violentos". Una base de datos de "sospechosos" (violencia, terrorismo, hacktivismo...) que se inspira en la que consultan y alimentan los chicos de la CIA desde cualquier capital europea.
Se trata de "un proyecto financiado con el dinero de los contribuyentes para desarrollar programas que permiten una nueva forma de controlar a la población que convierte a cada ciudadano en un sospechoso", denuncia Mark Barenhoff, vicepresidente nacional del Partido Pirata alemán.
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