En pasados artículos vimos qué es la SOPA y que efectos tiene sobre internautas, creadores de contenido y empresarios, pero falta quizá la parte más importante, que es por qué no sirve crear, ni usar, extensiones para poder sortear las restricciones del bloqueo.
Bueno, de hecho si que sirven, pero solo si estamos dispuestos a pagar un precio potencialmente peligroso: convertirnos en delincuentes del copyright, y esta vez de verdad.
Como se ha demostrado una y otra vez, saltarse el tipo de restriccines que provee la SOPA, y de paso cualquiera de sus versiones y variantes internacionales, es increiblemente sencillo. Basta con cambiar los servidores DNS que usa nuestro router de casa, instalar una pequeña extensión en el navegador para usar DNS alternativos, usar servidores de proxy para enmascarar nuestra IP original, usar un servicio de red privada virtual (VPN) para conectarnos también con una IP difente…
Hay que recordar que para llevar a cabo cualquiera de las acciones listadas, no hay que ser un genio de la informática ni descargar arcanos programas underground. Simplemente hay que abrir el menú de conexiones a internet en nuestro sistema operativo y cambiar una dirección IP por otra, o buscar en la red cualquier proveedor de VPN y contratar sus servicios.
Todos estos métodos son realmente efectivos y demuestran la inutilidad de las restricciones de bloqueo. El problema con la SOPA, es que incluye la prohibición expresa de usar todas estas formas de cambio de DNS e IP, como ya han hecho en países tan “democráticos” como Pakistán.
En concreto, el borrador de la SOPA, en la sección 102 que define las acciones del Fiscal General, se incluye el párrafo 4 “aplicación de las órdenes” (traduccción libre de la jerga legal del Congreso):
sección A en general: para asegurar el cumplimiento de las ordenes emitidas según esta sección, el Fiscal General puede llevar acciones judiciales,i) contra cualquier entidad listada en el párrafo 1 que aún con conocimiento efectivo no cumpla con los requisitos de ésta subsección para imponer y obligar a dicha entidad a cumplir con los requisitos.
ii) contra cualquier entidad que provea u ofrezca un producto o servicio diseñado o promovido para sortear las medidas descritas en el párrafo 2 y en respuesta a una orden judicial emitida de conformidad con esta subsección, para prohibir a dicha entidad interferir en el orden al continuar proporcionando u ofreciendo dicho producto o servicio.
Como vemos, en caso de aprobarse la SOPA, los programadores de las extensiones MAFIAAFire, DeSOPA, e incluso BoycottSOPA (que no cambia de DNS si no que te dice quién apoya la nueva ley), The PirateBay Dancing o similares serán convertidos en criminales.
Pero no sólo ellos. También los programadores de software para proxies, redes privadas virtuales y cualquier tipo de anonimizador o enmascarador como puede ser Tor, así como los proveedores de dichos servicios, que aún cuando no se puedan cerrar sus webs, si que se puede ordenar el bloqueo de los medios de pago, provocando así su ruina económica y obligandoles a cerrar.
Además, por el mero hecho de usar cualquiera de dichos programas o servicios, también nosotros pasaremos a ser “cómplices” de un delito contra la propiedad intelectual. La SOPA no sólo ilegaliza y bloquea sitios web de forma arbitrária, si no que ilegaliza el hecho de acceder a las mismas saltándose el bloqueo.
Pero la SOPA no afecta ‘sólo’ a las extensiones que cambian el servidor DNS que usemos, si no que también representa una grave amenaza contra la seguridad en Internet. Allá por Julio de 2008, se llevó a cabo uno de los ataques a servidores DNS más ‘efectivos’, causando una infección masiva de servidores en todo el mundo. Mediante el “envenenamiento de DNS“, un atacante puede redirigir a los usuarios a sitios web falsos y conseguir información como los datos de acceso (usuario y contraseña) reales.
Un caso típico podría ser redirigir a los usuarios de un banco a una web falsificada. Los usuarios creen que están en la web del banco y prueban a acceder a sus cuentas. Los atacantes consiguen así los datos de acceso, que usan luego en el banco real para vaciar la cuenta.
Para subsanar esa vulnerabilidad se empezó a implantar la tecnología DNSSEC, que certifica la validez del sitio web que se visita. Con la SOPA aprobada, cualquier navegador que incluya DNSSEC estará realizando una acción ilegal, ya que con DNSSSEC, el navegador va comprobando si el sitio web que queremos visitar es auténtico, y para ello consulta diferentes servidores DNS en busca del certificado de firma digital. Al consultar servidores DNS distintos, se considera que está sorteando el bloqueo de sitios web mediante DNS previsto en SOPA, por lo que se incurre en delito.
Esto nos convierte en potenciales delincuentes por el simple hecho de usar un navegador web cualquiera que utilice una tecnología destinada a reducir el fraude en línea y mitigar vulnerabilidades conocidas y existentes. Y sin acceder a ninguna web de descargas, de enlaces ni de nada.
Ah, y también cabe mencionar que desde Hollywood podrán demandar a las empresas de los navegadores para que retiren dicha tecnología, haciendo que la estructura de Internet sea mucho menos segura y más vulnerable a estafas.
En resumen, a pesar del titular de éste artículo, obviamente si que servirá instalar tal o cual programa o usar tal o cual servicio de VPN. Pero hay que saber que si lo hacemos, estaremos usando herramientas consideradas como delictivas.
Hace tiempo que venimos diciendo que la industria del ocio y el entretenimiento nos intenta convertir a todos en criminales, y a menudo nos llamaban exagerados. Pues bien, con la SOPA lo pueden conseguir. Ya no hace falta que uno visite páginas de fondo negro y letras en rojo o verde. Sólo es necesario instalar una extensión en el navegador.
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