Agosto. Toda Hispania está de vacaciones. ¿Toda? ¡No! En un rincón de la Sección Segunda de la Comisión de Propiedad Intelectual, una misteriosa patrulla de seres enmascarados aprovecha la tradicional época de descanso para asestar varios golpes a la red y hacer caer a sitios como Bajui, Tucinecom o Quedelibros. Al menos eso es lo que se desprende de lo que explican los abogados David Bravo y Carlos Sánchez Almeida, que han detectado un insólito aumento en la actividad de la Comisión Sinde-Wert durante los últimos días.
María Teresa Lizaranzu Perinat ha firmado en solitario montones de propuestas de resolución que son el aperitivo para la (re)solución final, que no será otra que ordenar la retirada de contenidos en un plazo de 24 horas y la retirada de los enlaces en un máximo de 72 horas. Unas notificaciones parecen calcadas de las otras, sin tener en cuenta aportaciones, argumentos o alegaciones de la defensa, según explica Bravo, que ve un grave problema de indefensión en la forma en que se está aplicando el procedimiento, sin tener en cuenta nada de nada. ¿Quién estará evaluando los casos? Va un ejemplo: a Links Olé, que es un acortador de enlaces, le exigen la retirada… ¿¡de contenidos!? Y así.
Por otra parte, al no saberse aún quiénes son las personas que deciden – más allá de la omnifirmante Lizaranzu – se hace difícil incluso plantear una recusación en virtud del Artículo 35 de la ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, por ejemplo por si uno de los vocales de la Comisión Sinde-Wert hipotéticamente tuviera intereses o relaciones con el mundo editorial o discográfico, lo que convertiría a ese miembro en juez y parte. Mientras el Ejecutivo de Rajoy, con Wert a la cabeza del Ministerio, siga ocultando los nombres de los componentes de la Comisión, la transparencia brillará por su oscurantismo.
Vía | El Mundo
Foto | Pedro Simões
En Nación Red | El Gobierno oculta los nombres de los vocales de la Comisión Sinde