Lo de "No copiaré en clase" se queda en nada al lado de la patente que ha sido concedida al profesor Joseph Henry Vogel, titular de Economía de la Universidad de Puerto Rico - Río Piedras. Esta impide que sus alumnos compartan libros dentro o fuera del aula. Para poder seguir las enseñanzas que imparte el profesor, cada uno de los asistentes debe comprar un código de desbloqueo que le permita usar el libro del curso. Vogel explica sus motivaciones de esta forma:
Cada vez más, los profesores hacen la vista gorda cuando los estudiantes se presentan en clase con páginas fotocopiadas. Otros facilitan la piratería dejando textos en la biblioteca para que se puedan fotocopiar.
La fotocopiadora como invento del diablo a los ojos de algunos profesores universitarios no es nada nuevo, pero sí que lo es la idea de Vogel. Como parte del curso, los estudiantes tienen que participar en un ciclo de debates online que puntúa en el resultado final, y para acceder a esos debates tienen que hacerse con un código de acceso que obtienen al comprar el libro. Quien no pasa por caja, obtiene una nota más baja que sus compañeros. Que quien más tiene más consigue no es algo que nos venga de nuevas, pero sí lo son las formas, que además abren el camino a un futuro inquietante.
Con la patente de Vogel, el sistema garantiza que los estudiantes no sigan el curso con fotocopias, libros prestados o sacados de la biblioteca. Con una excepción. Se permite que el código pase a otras manos cuando ha finalizado el curso, siempre que el nuevo alumno vuelva a pagar, aunque esta vez una cantidad menor de dinero. Negocio redondo para los editores: pasamos de la venta del libro a la venta de una licencia de uso. A partir de aquí, el rendimiento que se le da a la obra puede llegar a ser casi infinito.
No deja de ser paradójico que desde la Universidad se promuevan prácticas encaminadas a conseguir que el conocimiento llegue sólo a unos cuantos, en vez de buscar la forma de que ese conocimiento revierta en la mayor cantidad posible de ciudadanos. Hoy en día, con internet en la mano, casi hasta les saldría a cuenta a los profesores prescindir de la arcaica estructura de los editores tradicionales y establecer un vínculo directo entre profesores y alumnado. La idea patentada por el profesor Vogel va exactamente en el sentido opuesto.
Vía | Torrent Freak En Nación Red | CEDRO, contra el derecho a la educación