...y cada uno de sus usuarios hubiera tenido que pagar una licencia para usarla, sería mucho más mejor de lo que es actualmente. Esto es lo que dijo Francis Gurry, Director General de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (WIPO).
La propiedad intelectual es un instrumento muy flexible. Por ejemplo, si la web hubiera sido patentada, quizá la cantidad de inversión que se ha realizado o que hubiera sido posible realizar en ciencia sería diferente. Si tienes un modelo flexible de licencias, en el que el peso de la innovación se reparte entre el conjunto de la comunidad de forma razonable, con una modesta contribución de cada uno, se hubiera conseguido una enorme cantidad de inversión para investigación. Y éste es el tipo de flexibilidad que conlleva el sistema de propiedad intelectual. No es un sistema rígido…
Pero lo mejor es que lo dijo después de las intervenciones del jefe del CERN, el lugar donde se gestó la web, y del Director Ejecutivo de la Sociedad de Internet. Y se quedó tan ancho.
La falacia de las patentes de software y de la aplicación de la propiedad intelectual por la cual todo sería genial y el mundo estaría lleno de unicornios con sus crines pintadas de los colores del arco iris, queda plasmada en las palabras del señor (en minúscula) Gurry.
Y aquí también podríamos incluir aquello de “la inversión insuficiente”, el mantra de moda en las redes de telefonía.
Queda claro que aquí cada cual arrima el ascua a su sardina. La WIPO obvia e ignora (en su segunda acepción que no podemos enlazar por si acaso) que el modelo de la web salido del CERN ha generado más inversión que cualquiera de las tecnologías anteriores.
Un modelo que permite el acceso al mismo apenas sin coste siempre va a generar mucha más inversión que cualquier otro por el que se tenga que pagar una licencia de uso, tan sólo para poder ver lo que hay dentro, y ya ni hablamos para empezar a desarrollar nada.
Pensar que las patentes son buenas por si mismas es erróneo. En algunos campos podrían considerarse beneficiosas, pero en otros son completamente lo contrario y desincentivan cualquier tipo de desarrollo o innovación.
Vía | BoingBoing
Foto | World Economic Forum