Los servicios de geolocalización presentes en múltiples redes sociales se han convertido para muchos en un complemento más para hacer más social la red. Sin embargo, en muchas ocasiones, las aplicaciones no avisan al usuario de la utilización que hacen de los datos que les acaba de facilitar. En este sentido, dos senadores de Estados Unidos, Richard Blumenthal y Al Franken, presentaron un nuevo proyecto legislativo para poner fin a esta situación.
La Ley de Protección de Privacidad de la Localización propone que las compañías obtengan contenido expreso de los clientes antes de recolectar y compartir datos sobre su posición. En el caso americano, Franken indica que las leyes federales permiten a muchas de estas compañías facilitar los datos de geolocalización de sus clientes a prácticamente cualquiera, sin el consentimiento del cliente.
La tecnología de geolocalización nos da increíbles beneficios, pero la misma información que permite a los servicios de emergencia localizarnos cuando estamos en peligro no es necesariamente una información que queramos compartir con el resto del mundo.
No es la primera inclusión del senador Franken en el terreno del control sobre la geolocalización, puesto que el pasado mes de mayo se puso en contacto con Apple y Google solicitando precisamente que informasen al usuario de la recolección y uso de los datos de posición, tras conducir una investigación al respecto.
Este proyecto de ley puede parecer insignificante, pero es una barrera básica ante la eterna ingenuidad del usuario medio que no es en absoluto consciente de la cantidad de empresas interesadas en controlar los movimientos de posibles compradores o clientes.