La bloguera tunecina, Olfa Riahi, denunció que el ministro de Exteriores, Rafik Abdessalem, había pasado siete noches en el lujoso hotel Sheraton de la capital tunecina a cargo del erario público. Abdessalem es el yerno de Rachid Ghannouchi, el líder histórico del partido islamista Ennahda.
Riahi publicó en su blog las facturas pagadas por el ministerio que incluyen, además, las estancia de una mujer que acompañaba a Abdessalem. El ministro mantiene que durmió en el hotel porque está cerca del ministerio, donde había trabajado hasta bien entrada la noche.
La bloguera ha explicado que del ministerio al domicilio del ministro hay una distancia de 200 metros. Respecto a la mujer que le acompañaba, el ministro ha explicado que era una “prima” que había venido a la capital para visitar a la familia.
El Gobierno ha demandado a la Olfa Riahi por perjudicar la imagen del ministro. Un tribunal le ha prohibido abandonar el país. Además, está siendo investigada por desvelar (y estar en posesión) de información confidencial. También se le reprocha que no es periodista. No quiere el carnet de prensa (aunque es profesora de periodismo).
Durante una entrevista en un popular programa de televisión para hablar del caso Sheratongate, la bloguera aportó nueva documentación, ahora sobre una “extraña” transferencia de un millón de dólares recibida en una cuenta abierta a nombre del Ministerio de Asuntos de Exteriores, que no pasó como es preceptivo, según la bloguera, por el Ministerio de Hacienda a través de la Tesorería general.
La transferencia llegó desde el Ministerio de Comercio chino. Se ha abierto una investigación. La bloguera ha denunciado amenazas y seguimientos, pero dice que no tiene miedo. Los jóvenes tunecinos, como Olfa Riahi, tumbaron al dictador corrupto.
Foto | Olfa Riahi (Facebook)
Más Información | Le Nouvel Observateur