¿Pagó la SGAE los servicios de prostitutas a policías, políticos y periodistas?, es la pregunta que se hace en el número de diciembre de la revista Vanity Fair que llega hoy a los quioscos y que incluye una entrevista a Pedro Farré, ex director de relaciones institucionales de la SGAE que utilizó la tarjeta corporativa de la entidad para contratar prostitutas de lujo, en la que asegura que los gastos fueron aprobados por la dirección financiera de la SGAE y todos ellos estaban destinados a mantener las buenas relaciones con los distintos grupos de interés.
Los de la SGAE pasaban a la entidad los gastos de sus compras en el supermercado, la joyería o el concesionario pero en aquella alegría consumista se incluían también los "regalos de empresa": regalos VIP.
Lo de los regalos y las presiones (a diputados) nos lo contó la eurodiputada socialista Françoise Castex, "Vivendi y Hollywood presionan a los socialistas e invitan a los miembros del Parlamento a conciertos". Conciertos, juergas sexuales, viajes, joyas o coches, materiales de trabajo que forman parte del ejecutivo de un lobby o de un tinglado, no siempre se puede diferenciar.
En esta materia lo que se debe investigar es la actuación parlamentaria (o ejecutiva) de los políticos en relación con las leyes que benefician al lobby, que no en otra cosa consiste el arte del lobbyng. Aunque nada surge tanto efecto como las presiones del embajador al político de provincias. El embajador del lobby. Lo de los presuntos regalos a policías, no es menos grave.
Vía | Vanity Fair En Nación Red | Otro ex directivo de la SGAE imputado por apropiación indebida