Las fusiones alcanzan también a los organismos de seguridad de EE.UU. Por eso Obama ha aprovechado este verano para impulsar una estrategia común de ciberseguridad que pretende poner a trabajar juntos a los equipos de la seguridad nacional de la NSA y el DHS para afrontar los nuevos desafíos que llegan desde la red y que amenazan "muy seriamente" la seguridad nacional.
La iniciativa se explicó la semana pasada en una conferencia patrocinada por el influyente Aspen Strategy Group, un foro bipartidista (palomas y halcones) que presiden el profesor Joseph Nye y el General Brent Scowcroft, asistente militar del presidente Nixon, hombre de negocios, asesor de seguridad nacional de Gerald Ford y George H.W. Bush y vicepresidente de Kissinger Associates.
Los más influyentes del "respetado" club se han reunido anualmente durante 30 años - los veranos del Aspen - para analizar políticas y estrategias de defensa que poco después se han plasmado en acciones de gobierno. Fue allí donde se pudo escuchar a los dos autores del plan de la fusión blanda, William J. Lynn III y Jane Holl Lute, citar algunos ejemplos "reales", a modo de aperitivo, de las serias amenazas que afronta EE.UU y que llegan desde la red: un ataque en mayo contra Citigroup en el que robaron los datos de 360.000 clientes de tarjetas de crédito; otro en octubre contra el mercado tecnológico Nasdaq; una violación en 2009 de la red eléctrica nacional por parte de hackers ¿chinos o rusos? y el robo en 2009 de los planos del avión de combate F-35.
Después de exponer las amenazas y conmocionar a la audiencia se ofreció un menú de innovadoras herramientas desarrolladas (o actualizadas) en secreto por la NSA, la DHS y el Pentágono. Esos proyectos que "trabajando juntos" todavía serán en el futuro más perfectos. Por ejemplo, la NSA alardea de un proyecto conocido como Tutelage para defender EE.UU de intrusiones malintencionadas en sus redes militares del que poco o nada se sabe - a ciencia cierta - aunque en Aspen se les dijo a los ilustres invitados que era el "no va más".
No podía faltar una mención a una versión avanzada del Einstein 3 que ahora también se está utilizando con éxito (?) para proteger a organismos civiles. Estos sistemas son conocidos como "defensa activa", ya que utilizan sensores y otras técnicas para bloquear código malicioso antes de que pueda afectar a las operaciones.
Como gran novedad práctica se presentaron datos concretos de los progresos del proyecto DIB Cyber Pilot - en los que ha trabajado el DHS - destinado a proteger a los 20 principales contratistas de armamento del gobierno de EE.UU. Un plan que ha contado con la colaboración de los cuatro principales proveedores de acceso a Internet de EE.UU y que se presentó como el "antivirus" más avanzado y complejo que pueda imaginarse. Todo un reto.
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