Es obvio que en Egipto monitorearon llamadas. Es realmente sencillo para ellos hacerlo. Están usando los mismos equipos de telecomunicaciones vendidos a los proveedores en Estados Unidos, con las mismas puertas traseras. – Moxie Marlinspike
Su empresa en Silicon Valley lídera la tecnología de la insurgencia democrática. Los ratones que diría el loco Gadafi. Se enfrenta sutilmente a las tiranía de las grandes empresas y las agencias de inteligencia de los países “democráticos” y sin matices a las dictaduras más evidentes. Estuvo en Egipto ofreciendo sus aplicaciones para teléfonos inteligentes que encriptan comunicaciones telefónicas (y de texto) para crear un canal seguro de comunicación en las revueltas de “moda”.
Moxie Marlinspike es un genio. De él se dice que es el hacker más respetado y el más temido. Su batalla civil, empresarial e ideológica se sustenta en principios anarquistas. Le apasiona la navegación. Digital y marítima. Contra la monitorización del Estado se alza un joven programador y empresario, que llamaría poderosamente la atención a primera vista en una reunión de grandes firmas. Un mundo en el que todavía asoma el traje cruzado, la corbata del siglo pasado, un ministro y una “ristra de folletos” para recibir una frecuencia o una e-subvención.
Hablar de Moxie Marlinspike es hablar de un mito. Con él ha hablado en exlusiva Página/12. El gran periódico argentino seleccionado por Julian Assange, otro de la familia que planta cara al Sistema, para publicar los cables argentinos.
Whisper Systems es su empresa en Silicon Valley, desde allí acaba de lanzar dos nuevas aplicaciones para dispositivos que usan Android, RedPhone y TextSecure. Whisper Systems es una startup de gran prestigio en el Valle de Silicon Valley. Marlinspike la creó junto a su socio y amigo Stuart Anderson.
“Los protocolos de Internet no fueron diseñados sobre un concepto de seguridad, así que hay mucho trabajo por hacer”, dice el hacker Moxie Marlinspike en exclusiva a Página/12, desde San Francisco. Moxie Marlinspike, claro, es su nombre de batalla:
No se trata de elegir entre usar Google y no preocuparse por la privacidad o dejar de usar el buscador. La elección no es realmente entre la privacidad y el uso de teléfonos inteligentes, sino que la tecnología tiene el poder de cambiar el uso que les damos a los servicios, de tener un teléfono móvil o de usar Google. Tenemos que crear las posibilidades para que la gente use herramientas de seguridad.
Marlinspike llamó la atención de la comunidad de seguridad informática cuando presentó algunos de sus trabajos en la conferencia Black Hat en Las Vegas. Allí demostró que los certificados de seguridad digital de los navegadores podían ser vulnerados. Poco tiempo después, PayPal inutilizó su cuenta que tenía por cobrar quinientos dólares.
También es el creador de GoogleSharing. Se trata de una herramienta que a partir de un pequeño plugin que puede instalarse en el navegador Firefox nos permite realizar búsquedas a través de Google sin que el gigante de Mountain View recopile datos acerca de nuestra navegación.
Marlinspike era el americano que estaba detrás del “enigma” que volvía locos a la inteligencia de Mubarak. No podían rastrear y descifrar los mensajes y conversaciones de algunos disidentes. Como que Marlinspike habilitó para Egipto su RedPhone y TextSecure. Aplicaciones que pueden usarse en teléfonos celulares inteligentes bajo el sistema operativo Android de Google y permiten encriptar mensajes de texto y realizar comunicaciones de voz cerradas por Internet. Lástima que los usuarios de Android eran pocos en el país que tumbó al faraón amigo de las cancillerías occidentales.
La experiencia egipcia, donde las tecnologías móviles y las redes sociales jugaron como catalizadores en las revueltas populares, le ha servido al peculiar empresario anarquista de Silicon Valley para preparar el terreno de la expansión internacional de sus aplicaciones. Moxie asegura que pronto estarán las aplicaciones para iPhone y BlackBerry.
Claro que el empresario heterodoxo con aires de cantante punk está en el ojo de un gigantesco huracán cuyo viento atizan los servicios de inteligencia de todo el planeta. En noviembre pasado, Marlinspike fue detenido sin motivo aparente en la aduana de Estados Unidos cuando volvía de un viaje de trabajo por República Dominicana. Su laptop y sus dos teléfonos celulares fueron confiscados sin orden judicial, fue encerrado en un cuarto de detención y un investigador forense le pidió las claves de su computadora, a lo que Marlinspike, obviamente, se negó. “Ya no puedo confiar en estos aparatos”, declaró Marlinspike después de ser liberado.
Gracias a la inquietante y liberticida border search exception el gobierno de Estados Unidos puede requisar computadoras en los aeropuertos, copiar los discos duros y todo sin ningún tipo de orden judicial. “Pero la verdad es que no tengo idea por qué me detuvieron”. – Página 12
Genio y figura del tablero en el que unos y otros esperan hacer jaque perpetuo.
Vía | Página 12