En más de un comentario de estos que uno lee en internet, surge la pregunta de cómo un país como España, con una situación económica como la nuestra, no ha estallado ya en una revuelta social comparable a las que se producen en otras latitudes no demasiado lejanas. Y si nos lo preguntamos cualquiera de nosotros, con más razón se lo preguntan quienes están obligados a enterarse de todo. Esto es, las agencias de información.
Hasta ahora, la crisis europea se ha desarrollado en un nivel político y financiero, pero estas protestas podrían conducir a España a una abierta crisis social que se extendiera a otros países. ¿Estas protestas van a alumbrar a los futuros líderes de Europa?
Las palabras resuenan con el eco que da el paso del tiempo, y corresponden a Christoph Helbling, uno de los responsables del Programa de Desarrollo de Analistas con el que la agencia de espionaje estadounidense Stratfor entrena a sus miembros. La cita forma parte de un resumen sobre el 15-M emitido por Helbling allá por noviembre de 2011, y que se ha conocido ahora por las filtraciones de WikiLeaks que está recogiendo el diario Público.
Hasta aquel momento, la crisis en Italia y Grecia había concentrado el foco de atención de la llamada CIA en la sombra. De hecho, en Stratfor en su momento llegaron a preguntarse por la existencia de Anonymous (y luego nosotros hacemos bromas por alguna declaración policial de infausto recuerdo), así que su tardanza en analizar lo que ocurría con el 15-M tampoco es que sorprenda demasiado.
Pero comenzaron las discusiones sobre el asunto entre los analistas de Stratfor, y aunque algunas voces desacreditaban la comparación de España con las primaveras árabes, en el sentido de que las crisis en Europa eran nacionales y sin posibilidad de llegar a guerras fratricidas, la directora de Inteligencia Geopolítica, Rheva Bhalla, decidió que era preciso vigilar a los “líderes” (sic) del 15-M español:
Regresemos al planteamiento original de Christoph. Creo que tenemos que vigilar realmente a los líderes emergentes de estas protestas, los que pueden jugar la carta populista y presentarse como los salvadores frente a las élites políticas. Éste es el entorno ideal para que nazcan nuevas ideologías y dirigentes.
No tiene desperdicio la réplica de Ben West, uno de los analistas tácticos de Stratfor:
Lo que ocurre con las protestas en Europa es que los europeos pueden estar manifestándose como si ese fuera su trabajo. Las protestas ocurren con gran frecuencia y tanto las fuerzas de seguridad como los políticos les dan manga ancha a los manifestantes. Así que, normalmente, estos se mantienen pacíficos. No sé mucho de política española, pero tras haber visto toneladas de manifestaciones en Europa, sé que haría falta un cambio ingente para que cualquiera de ellas llegase al nivel de obtener algún auténtico cambio político.
Vamos, que como analista el hombre no tiene precio. Por su parte, Bhalla replicó con contundencia:
Los europeos no están manifestándose contra la aprobación de alguna nueva enmienda constitucional. Están protestando ante el temor de que van a quedarse sin techo bajo el que guarecerse. Cuanto más básicas sean sus demandas, más probable es que las manifestaciones se vuelvan violentas, y ya podemos ver que las élites que manejan la crisis no van a ser capaces de gestionarla. Lo más probable es que lo que estamos viendo ahora mismo en los gobiernos de Grecia e Italia no sea más que el principio. Tenemos que ver todo esto como una mucho más amplia crisis de confianza, y no en el nivel nacional, sino en el de toda Europa.
Es decir, que cuanto menos tiene alguien por perder, más dispuesto está a jugársela. Y aquí viene donde les duele el zapato a quienes pagan por los servicios de Stratfor, que tendrán más o menos acierto en sus observaciones desde la lejanía, pero que manifiestan algo que no podemos perder de vista: las revueltas sociales del 15-M marcaron un antes y un después en la verdadera política, la que se realiza día a día por parte de todos los ciudadanos. Y eso preocupa.
Vía | Público
En Nación Red | Errores / Lecciones del #15M (Opinión) [por Enrique Castro]