Google Street View sólo está 'a salvo' en la Antártida, reproducen hoy - tirando de agencia- multitud de medios españoles. La cacería o paranoia anti-Google se adorna normalmente con titulares contundentes, ¿Espió Google Street View a congresistas americanos?.
Gobiernos que defienden la retención de datos o convertir la red abierta en un minitel del siglo pasado, logran "colar" sus campañas anti-Google en los medios y presentarlas, con ayuda de esos medios, como "medidas" en defensa de la privacidad frente a la "principal" amenaza para nuestra privacidad.
Es igual que la Oficina del Comisionado de información del Reino Unido (ICO) haya asegurado después de una intensa investigación (pdf) que no hay "ninguna evidencia de que los datos capturados por Google hayan causado o puedan causar perjuicio alguno".
En resumen, la gran acusación que se hace a Google Street View es que las direcciones MAC recopiladas (o IP) del router Wi-Fi se podían relacionar con una ubicación geográfica. Peter Schaar – comisionado federal para la protección de datos de Alemania – se mostró “horrorizado”:
Me parece terrible… Hago un llamamiento a Google para detener los paseos de Street View.
En este mismo país, nada más y nada menos, que el Partido Pirata descalificaba a las hipócritas y paranoicas plañideras anti-Google, que visten habitualmente los viejos ropajes del Estado o la ideología opresora. Mathias Döhle, desarrollador de software con 30 años de experiencia profesional y responsable del Instituto de Investigación de Bremen, escribía la semana pasada en la web del Partido Pirata de su ciudad:
Muchos consideran esto como una recogida de datos ilegal. Una violación de la protección de datos, pero creo que no lo es. Se ha de comparar más bien con el hecho de que alguien recopile los números de los portales de un tramo de calle. Dudo que nadie tendría problemas por ello. Además Google se ha disculpado por recopilar esos datos y ahora ha dejado de hacerlo. Hay que recordar, también, que se trataban de redes inalámbricas sin cifrar.
Este profesor como los concejales alemanes del Partido Pirata no han duda en salir en defensa de los coches de Google. Haciendo especial hincapié en el currículum liberticida de los acusadores. Son los mismos que imponen ELENA, la tarjeta electónica alemana que incluye el almacenamiento de datos de los empleados y el uso de estos datos por las agencias de empleo y otros organismos.
Una retención de datos inaceptable que violenta el principio básico de privacidad, en palabras del prestigioso Centro Independiente de Protección de la Privacidad de Estado de Schleswig-Holstein.
Mientras ELENA o los escalofriantes y amenazadores planes de los dirigentes de la UE no se retiren o denuncien en los medios, lo de Google Street View, que no es para tanto, será una protesta de plañideras para no lloriquear en niveles más altos. Ni las plañideras mediáticas que criminalizan a Google lloran en esas instancias ni los que están allí, presupuesto en mano, rectifican o piden perdón por sus políticas prohibicionistas. Algo huela a podrido en la persecucción a Google.
Por eso los concejales del Partido Pirata alemán han salido a la calle para contrarrestar la demagógica y sospechosa campaña. El partido que lleva por bandera la protección de datos y la privacidad, defendiendo a Google Street View.
Foto | AchimH