Las presiones de la BSA contra los estándares abiertos en la e-administración

Una parte de la Comisión Europea, encabezada por Neelie Kroes, estaría presionando para abrir definitivamente la gestión electrónica de la administración a los estándares abiertos y romper el predominio de los vendedores de software propietario, como Microsoft. Los partidarios de los estándares abiertos habrían conseguido una victoria al incluir en el punto 21 de la Declaración de Granada (pdf) que se incluyan por su capacidad de innovación y ahorro de costes para la administración.

Pero la próxima batalla de los defensores de los estándares abiertos en la Administración (o sus contrarios) se libra entre las hojas de un importante documento titulado European Interoperability Framework (EIF). Un conjunto de recomendaciones que especificará cómo deben comunicarse las administraciones en el marco de la Unión Europea y que debería haber concluido este verano después de casi dos años de elaboración y modificación. El EIF es parte del Programa IDABC de la Comisión Europea.

Es en ese terreno donde la Business Software Alliance (BSA) ha demostrado moverse como pez en el agua para bajar progresivamente el alcance de las referencias a estándares abiertos y la interoperabilidad en el borrador final, como ha denunciado en un pormenorizado análisis la Free Software Foundation Europe en el que llega a la conclusión de que la BSA ha conseguido modificar el documento original o lo que es lo mismo: Un instituto dependiente de la Comisión Europea y dirigido por un español habría cedido a las presiones de un lobby.

Un lobby, la BSA, que acaba de recibir fuertes descalificaciones del gobierno de EEUU por manipular datos sobre la piratería y que provocó, con otro desafortunado informe, una polémica en Andalucía con los defensores del software libre.

Veremos ahora como queda el documento final y el efecto que tiene en la Comisaria para la Agenda Digital Europea, Neelie Kroes, que en el verano de 2008 defendía con pasión los estándares abiertos en un seminario:

No debemos depender de un proveedor, no debemos aceptar las normas cerradas, y debemos negarnos a ser encerrados en una tecnología en particular. Esta opinión nace de la comprensión de cómo funcionan los mercados -no es un llamamiento a la revolución, pero sí a una evolución inteligente y viable. Cuando se dispone de alternativas abiertas, ningún ciudadano debería ser forzado a usar la tecnología de una determinada empresa para acceder a la información gubernamental. Ningún ciudadano o compañía debería ser forzado o alentado a elegir una tecnología cerrada más que una abierta, porque el gobierno hubiese hecho esa elección. Por cierto, la elección de estándares abiertos es una decisión de negocios muy inteligente.

La clave | El análisis de la FSFE sobre la evolución del documento (EIF) Foto | wwarby

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