El Doctor Nat. O'Connor ha evaluado, en un magistral trabajo, las ventajas que el acceso a la información tiene para la buena salud de la economía. El analista político de uno de los think-tank más prestigiosos de Irlanda no necesita explicar que este principio de la modernidad política no se ha respetado en su país.
O'Connor demuestra y defiende que la libertad de información permite a la gente actuar como auditores de la eficiencia en relación con las decisiones de política pública como única forma - la información - de evitar los abusos de los bancos, cajas y oligopolios. Los políticos primero, gracias. Luega llega lo que llega.
Además y no menos importante, la información y tansparencia promueve en paralelo la creación de riqueza en un marco de sana competencia. Es la modernidad. Queda lejos.
Los colaboradores de O'Connor, que venían avisando, son como puedes suponer unos defensores entusiastas del potencial de Internet como herramienta para poner en marcha su revolución tranquila: transparencia. Más allá de ayudar a evitar el colapso, la opción de la información y transparencia se presenta como elemento productivo, generador de riqueza. La red, amigos.
Puesto que nuestros problemas actuales son principalmente el resultado de las decisiones de los dirigentes políticos y las élites empresariales, y no, como se ha dicho, la crisis financiera mundial, un mayor acceso a la información es sin duda fundamental para volver a supervisar los organismos públicos y privados (bancos, cajas...).
Un país moderno dice una máxima, hoy abandonada, es aquel en el que existe una correlación sujeta a control riguroso entre gasto público, presión fiscal y eficacia en los servicios públicos. El irlandés Nat O'Connor y sus colegas del TASC están convencidos que la transparencia informativa habría evitado el colapso de Irlanda. Además de ser en si mismo fuente de riqueza.
Esto ha llevado a la prestigiosa revista irlandesa Village ha acordarse de WikiLeaks y ha reivindicarlo:
Muchos de nuestros jóvenes están tomando la opción sensata de huir del país. (Los que nos quedamos) es evidente que no podemos seguir confiando la política a los políticos, ni la economía a los financieros. Tendremos que encontrar maneras de ampliar nuestro acceso a la información. WikiLeaks ofrece una manera de hacerlo.
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