Tras el inicio algo accidentado, por no decir desastroso o bochornoso, de HADOPI, y que el mismo Presidente de la República reconociese que falla, el sistema de tres avisos francés entra en la fase crítica.
Poco más de 20.000 franceses que, supuestamente, cometieron alguna infracción en la red y reincidieron, recibieron un primer correo electrónico de aviso, luego recibieron un segundo y finalmente les llegó una carta.
Ahora, según la presidenta de la Comisión de Protección de Datos de HADOPI, Mireille Imbert Quaretta, se tratará cada caso individualmente con tal de decidir cuales de ellos terminan en la fiscalía para determinar si se les aplica la pena máxima, 1.600 euros de multa y la desconexión de Internet.
Aún así, se ve que los jueces están debatiendo sobre el tema para determinar qué es exactamente lo que hay que cortar y cómo hacerlo. Por ejemplo, se está comentando que podría negarse el acceso a la web, pero mantener intactos el uso de mensajería y otros sistemas de comunicación.
Según los números presentados, se han identificado unas 900.000 direcciones IP, de las cuales algo más de 400.000 recibieron el primer aviso, y finalmente se llega a la cifra de 20.000 cartas certificadas informando de la reincidencia. De éstos 20.000, una docena de ciudadanos ya han recibido la citación para declarar.
Curiosamente, HADOPI cuenta las 'infracciones' de forma múltiple: bajarse una canción cuenta como una infracción, pero si dicha canción se guarda en una carpeta compartida, por ejemplo en algún directorio que se use en un programa de intercambio, cada vez que el usuario se conecta a la red, se contabiliza otra infracción.
De esta forma, se espera que los avisos no sean tantos como los que se habían previsto inicialmente, reduciendo así la cantidad de direcciones IP detectadas.
Seguro que si. Seguro que nadie esperaba que los franceses, al verse amenazados, cambiarían sus hábitos y abandonarían el uso de las redes de intercambio para optar por el streaming, y que esta migración no tiene que ver nada en absoluto con el descenso de detección de IP infractoras.
Todo es fruto de la naturaleza original de HADOPI, que no era sancionar, si no disuadir. Claro que si.
La señora Quaretta también asegura que si los delitos fueran de terrorismo o pedofilia, se habría identificado a todos los infractores, enfatizando que "Internet es un problema de todos". Curiosa forma de justificar un sistema que falla más que una escopeta de feria.
Vía | Euro News Foto | choisirtoujours