Estados Unidos, preparado para lanzar ciberataques de forma "preventiva"

Según una información difundida por el diario The New York Times, las diferentes agencias de inteligencia y seguridad estadounidenses tendrían la potestad de organizar "ciberataques de carácter preventivo" contra cualquiera que supusiese una potencial amenaza. Con solo una orden del presidente, podría desatarse código de carácter destructivo cuya existencia, hasta hoy, no había sido declarada.

La noticia acompaña la publicación por parte del departamento de Defensa de Estados Unidos de la importante expansión presupuestaria en los aspectos dedicados a la seguridad cibernética y aseguramiento de redes esenciales. Otras informaciones apuntan a que el Departamento Cibernético planea incrementar su actual plantilla, de 900 persona hasta 4.900.

Esta información se agrega a las más que fundadas sospechas a propósito de ataques más o menos declarados, como el de las instalaciones nucleares iraníes, y la existencia de "instrumentos" de software incrustados en máquinas con propósitos no del todo declarados y que ahora, de forma tácita, nos confirman, como el caso de Stuxnet.

Como una suerte de guerra fría en la sombra, el cibercrimen y la guerra encubierta comienza cada vez más a superficiarse en los medios tradicionales. Los recientes ataques provenientes de China, al parecer enfocados en la cobertura que los medios estadounidenses hacen de la propia China, han puesto un acento mayor aún en los términos en los que se juega el conflicto soterrado de la red.

El Departamento de Seguridad nacional, también desveló recientemente, que las redes de suministro y generación energética habían sufrido una oleada de tentativas de intrusión a lo largo de semanas, que pudieron ser detenidas a tiempo. A pesar de ello no se aclaró más información a propósito de su origen ni los elementos de esta red que fueron afectados realmente, aunque si apuntaron las sospechas hacia Irán y la red de países y organizaciones simpatizantes, entre ellos Siria y el chiismo libanés.

El potencial de este despliegue tiene la misma consideración, en términos de cadena de mando, que el de un ataque nuclear, con lo que la orden solo puede provenir del mismo presidente de los Estados Unidos. A pesar de ello, el carácter de ataque preventivo nos ubica en un escenario en el que difícilmente mantienen la "compostura diplomática" una serie de potencias que compiten con unas reglas que solo formalmente respetan.

Vía | The New Yor Times, RT

Foto | Morguefile

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