El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha confirmado esta semana que los hoteles están obligados a pagar a las SGAE “por proporcionar en las habitaciones de sus clientes aparatos de televisión o de radio a los que distribuye una señal radiodifundida que lleva a cabo un acto de “comunicación al público” de un fonograma radiodifundido en el sentido del Derecho de la Unión”.
Sin embargo el mismo tribunal considera que en el caso de las clínicas dentales no se cumple este precepto (pdf), ya que “los pacientes de un dentista acuden a una consulta de odontología con el único objeto de ser atendidos, no siendo inherente a la asistencia odontológica la difusión de la música”. Aquí se preguntará el lector, ¿es inherente a la asistencia a un hotel?
Los jueces explican que hay otro factor más determinante y es que en el caso de una clínica dental el número de personas que pueden “disfrutar” de esas obras mientras esperan a ser atendidas, “es escaso, incluso insignificante, puesto que el círculo de personas presentes simultáneamente en un consultorio es, en general, muy limitado”, todo lo contrario que en un hotel.
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea tiene otro argumento mucho más contundente: “los pacientes del dentista acceden a determinados fonogramas de manera fortuita y con independencia de sus deseos, en función del momento de su llegada al consultorio y de la duración de su espera así como de la naturaleza del tratamiento que se les dispensa. En consecuencia, no puede presumirse que el conjunto de pacientes de un dentista sea receptivo respecto la difusión de que se trate”.
Según estos criterios, un profesional (dentista, abogado, peluquero…) que difunde gratuitamente fonogramas en su consultorio privado no lleva a cabo una “comunicación al público”, por tanto, tal difusión no da derecho a una remuneración a los de siempre.
Vía | Pymes y Autónomos
Imagen | M.Peinado
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