Se presentó en sociedad en Febrero de éste mismo año, y sus padres fueron cuatro senadores: John Rockefeller IV, Susan Collins, Dianne Feinstein y Joe Lieberman, y a todos les conocerán por ser los responsables de leyes para controlar Internet como el "botón para apagar la red", el "botón anti-terrorista para Google", la CISPA, llamadas para tumbar Wikileaks o declaraciones como "en realidad, casi hubiese sido mejor si nunca hubiéramos inventado Internet".
Pero si los padres ya dan bastante grima por si solos, los padrinos no se quedan demasiado atrás. El mismísimo POTUS, el Obamesías premio Nobel de la Paz pese haber continuado las guerras heredadas (y lanzado un par más), había manifestado su apoyo a la nueva ley liberticida, asegurando que la misma ayudaría a los Estados Unidos de América a combatir las ciberamenazas contra la nación, "uno de los mayores retos de seguridad económica y nacional a los que nos enfrentamos.
Pues al final, la Cybersecurity Act de 2012 terminó en su sitio, el contenedor de la basura, ya que fue rechazada por el Senado (a diferencia del español, ahí trabajan) por 52 votos a 46. Enmarcada en las nuevas estrategias, tanto de la Casa Blanca, “Estrategia de identidades confiables”, como del Pentágono, “Estrategia para la ciber-seguridad” (primera y segunda parte), la ley felizmente rechazada permitía al Departamento de Seguridad Nacional (el mismo departamento responsable de la instalación de los porno-escáneres de cuerpo entero) decidir arbitrariamente qué infraestructura podía determinarse como "crítica", para luego estudiar sus sistemas informáticos en busca de vulnerabilidades y, finalmente, forzar a los administradores a adoptar las medidas que el Departamento considerase oportunas.
El fin de todo ello era crear una suerte de Skynet para poder tener atados y bien atados todos aquellos sistemas 'críticos' (y pues ya que estamos, el máximo de sistemas posibles) que mantienen el país, forzando a empresas y organizaciones a compartir su información con las agencias gubernamentales. Eso si, la ley no decía nada de cómo proceder en caso de ataques físicos, como por ejemplo qué hacer cuando viene un señor (o señora) armado con un mazo o blandiendo una motosierra.
Desde la Casa Blanca, residencia de El Padrino de la ley, se han apresurado a publicar un comunicado expresando su duelo:
Hoy, a pesar del fuerte apoyo de los senadores Reid, Lieberman, Collins, Rockefeller y Feinstein, una abrumadora mayoría Republicana del Senado ha bloqueado tomar en consideración la Ley de Ciberseguridad de 2012, la única y más completa ley sobre ciberseguridad que habría empezado a arreglar y solventar las vulnerabilidades en los sistemas de las infraestructuras críticas del país. La oposición Republicana en el Senado a ésta ley vital, juntamente con la defectuosa Ley de intercambio de información del Congreso que amenaza la privacidad personal mientras no hace absolutamente nada para proteger las infraestructuras críticas de la nación, es una gran decepción. La Administración mandó un paquete legislativo en Mayo de 2011 que incluía nuevas herramientas necesarias para los profesionales de la seguridad nacional, aplicación de la ley, inteligencia, militares y sectores privados para asegurar la nación, al mismo tiempo que se incluían salvaguardas para preservar los derechos de privacidad y las libertades civiles de nuestros ciudadanos. Desde entonces, los funcionarios de la Administración han testificado en 17 sesiones acerca de legislación sobre ciberseguridad y presentado otros 100 informes, incluyendo dos comunicaciones al plenario del Senado y una al plenario del Congreso. A pesar de las repetidas peticiones del Presidente al Congreso para que actuara en dicha legislación, y a pesar de las peticiones de varios funcionarios de seguridad nacional de ésta Administración y de la Administración Bush, la política de obstrucción, conducida por grupos de interés buscando evitar un aumento de la responsabilidad, han evitado que el Congreso apruebe las leyes para proteger mejor a nuestra nación de ciber-ataques potencialmente catastróficos.
¡Y se han quedado tan anchos! Como puede verse, la retórica de la paranoia y la venta de miedo para conseguir leyes liberticidas ha alcanzado, y de qué forma, la Casa Blanca. Infraestructuras críticas, "la única ley que puede salvar al país de ataques catastróficos", y lo mejor de todo, que la culpa la tienen los grupos de interés (el Partido Republicano, se entiende) que no quieren tener la responsabilidad de proteger el país. La culpa, de los demás.
Obviamente, no es que el intento de organizar un sistema de control de Internet sea una idea repugnante, que atenta contra los derechos y libertades fundamentales de todos los ciudadanos. No, hombre. La culpa es de los que no quieren proteger al país, aún cuando esa presunta protección ineficaz, inútil y extremadamente cara, se lleva a cabo a costa de todos sus ciudadanos.
Sea como sea, ésta batalla está ganada pero la guerra por la libertad de Internet continua. Los halcones de la ciberparanoia están volando muy alto y seguramente no tarden demasiado en lanzarse en picado hacia la siguiente presa. Nuevas leyes para restringir las libertades y los derechos de los ciudadanos, asegurando que sin ellas, y sin los que dicen que nos protegen de los malos que nos atacan, todos estaremos perdidos.
Hay que recordar que no es verdad. Que los que intentan modificar nuestras vidas usando el miedo y el terror como armas tienen un nombre. Y que hay que evitar, a toda costa, que nos aterroricen. No hay que ceder a la paranoia del miedo y regalar nuestra libertad bajo falsas promesas que pretenden traernos más seguridad: es completamente falso.