El 18 de septiembre la ciudad-estado de Berlín celebra unas elecciones que pueden abrir la puerta de su parlamento al Partido Pirata alemán. Según una de las últimas encuestas publicadas el Piratenpartei alcanza el 4,5% de los votos y abandona la casilla "otros" para ofrecerse ya como "voto útil" y alternativa para aquellos votantes que anhelan un partido de la libertad que sea radical e insobornable en la defensa del medio de comunicación de la gente, que es Internet.
Los buenos augurios de las encuestas para los piratas alemanes, que ya son el partido político de Alemania que más militancia juvenil recibe, todavía es más significativo si se tiene en cuenta la espectacular revolución que se está dando en el mapa electoral alemán con el vertiginoso ascenso de Los Verdes, rotundos en la defensa de la red, que han llegado a superar a los socialdemócratas como segundo partido en algunos estados (länder) y algunos meses en las encuestas nacionales.
El éxito pirata en las pasadas elecciones europeas no parece, como algunos creían o querían, algo pasajero. Se está afianzando una nueva opción política global, muy prestigiada por el trabajo de Christian Engström en el Parlamento Europeo, que no aspira a ganar elecciones pero sí a ejercer en los parlamentos de aguijón inconformista frente a los abusos del poder.
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