La BSA (Business Software Alliance) que controla Microsoft, arremetía hace unos días contra la Comisión Europea por revisar el Marco Europeo de Interoperabilidad (EIF en sus siglas en inglés) de cara a que los Gobiernos apuesten en sus instalaciones informáticas y para la relación con sus ciudadanos por aplicaciones de software abierto, según la BSA: libre y poco menos que pirata. Ya los conoces.
Según la BSA estos "preocupantes ecos" por lo "libre" le recuerdan a los que llegan de China. Pero Bruselas asegura que el plan no implica "ni mucho menos" un desprecio a los derechos generados por las patentes ni una obligación gubernamental de admitir únicamente sistemas abiertos.
De hecho el sector de la Comisión Europa que considera que "los sitemas abiertos" ayudarían a un mejor acceso a la información, supondrían un ahorro de costes y favorecerían una mayor implicación ciudadana en los procesos de toma de decisión política, ha trabajado muy duro para conseguir algunos avances en el documento que estarían, en todo caso, por debajo de los posicionamientos de algunos gobiernos claramente favorables al "software libre" en la administración pero que están a la espera de la aprobación de EIF 2.0 que al final, parece ser, se queda en "una zona intermedia entre las peticiones de IBM y Microsoft"...
Cuentan con sarcasmo los holandeses de la Comisión, algunos de ellos partidarios de "haber mandado el software de Microsoft al cubo de la historia" en lo que a la Administración se refiere. Es cierto que la apuesta por estándares interoperables figura en la Agenda Digital europea, pero estaba y está pendiente una definición clara de los mismos. Claridad, palabras mayores, casi quiméricas. Esto es Bruselas, señores...
La BSA, colaboradora institucional, por cierto, del gobierno español, dispata y advierte: una pequeña apertura equivale al desastre y que toda política que favorezca los sistemas libres de patentes empujaría a las compañías a abandonar las suyas y renunciar a los royalties para conseguir contratos en el sector público. Apocalipsis Gates.
La decisión sobre el EIF estaba prevista para esta misma semana, pero las presiones de los señores de la BSA han conseguido aplazarla. Se desconoce en estos momentos, además, como ha quedado el documento, pero se sabe que se han producido variaciones "en el último momento". La Comisión Europea "ejemplo" de transparencia no informa. Más bien al contrario.
Se da la paradoja de que otra asociación (looby) que tiene por siglas ECIS y a la que pertenecen algunos socios de la BSA como IBM, Nokia y Oracle han defendido la posición de la Comisión Europea y acusan a la BSA, realmente a Microsoft, de "faltar a la verdad, confundir y hacer demagogia" para defender su monopolio, ya que la Comisión Europea hace especial hincapié en que las especificaciones abiertas se concilian con las patentes. De hecho la Comisión ha cedido progresivamente a las presiones y el borrador aclara que todas las opciones son bienvenidas "tanto de código abierto como el software propietario".
Los de ECIS vienen a defender a la Comisión Europea y la "tercera vía" del actual borrador, arremetiendo claramente contra Microsoft por querer preservar su posición en el mercado y "presionar para hacer naufragar el Marco Europeo de Interoperabilidad". Le aclaran a su socio en la BSA que la Comisión Europea no defiende ningún estandar "libre de patentes" - a eso lo llaman confundir - pues deja bien a las claras, la Comisión, siempre según ECIS, que el software contratado por la administración debe ser libremente aplicado y compartido bajo diferentes enfoques de desarrollo de software sin discriminar ninguno.
Abierto no quiere decir que no se reconozca la propiedad intelectual, la patente. Le aclaran los de ECIS (IBM y compañía) a Microsoft o a la BSA en su representación. Lo que también evidencia que estas siglas no representan a todos sus socios y que la no es otra cosa que una de las muchas asociaciones que controla Microsoft al margen de los socios que la compongan.
Los grandes, que no son Microsoft, se permiten en el documento (pdf) un tono didáctico y casi irónico, claramente dirigido a Microsoft, "una especificación de interoperabilidad de software libre puede ser implementado para aplicarse también en sistemas propietarios" y aclaran a "otros" que lo interesante es lo suyo "un software de código abierto que se basa en derechos de propiedad intelectual con el fin de estimular la innovación pero en colaboración con la comunidad de código abierto para compartir y reutilizar y desarrollar software adicional. La tercera vía, el negocio. Además parecen los buenos de la peli al arremeter contra Microsoft.
En definitiva por los estándares abiertos y la interoperabilidad hay una vaga, muy confusa y retórica "preferencia" pero ni mucho menos una obligación, como bien sabe la comisaria Neelie Kroes que sucede en su país. Ese era su objetivo. De ello ha presumido en público y privado. ¿Ha fracasado?.
Los partidarios de los estándares abiertos habían conseguido una victoria al incluir en el punto 21 de la Declaración de Granada (pdf) que se incluyan por su capacidad de innovación y ahorro de costes para la administración. Ya veremos en que queda todo. En Bruselas se dice que el democrisitiano eslovaco Maroš Šefčovič es más comprensivo con la BSA que la holandesa y liberal Neelie Kroes.
El comisario de Relaciones Interinstitucionales y Administración, Maroš Šefčovič apuntó: especificaciones abiertas (no estándares) y una nota que decía "esto incluye software de código abierto y software propietario".
ECIS (IBM, Nokia, Oracle) vs. BSA (Microsoft), en eso ha quedado la batalla dentro de la Comisión por el "software libre". También sobrevuela indirectamente la sombra de Google, aliada emboscada de ECIS. El mal menor. Ese es otro capítulo de un culebrón que la BSA (Microsoft) ha conseguido retrasar hasta finales de año justo cuando se temía lo peor, una desautorización a su modelo de software como herramienta en la administración.
Gracias a WikiLeaks disponemos hace mucho tiempo de las pruebas de lo que aquí relatamos Microsoft, perdón la BSA, presiona y le dice, con descaro, a la Comisión Europea lo que tiene que hacer. Con anotaciones del tipo: "Cambia en el documento esta frase o añade esta palabra".
La verdad que siempre consigue algo. Pero se sigue quejando. Para disimular. Todo comercial, incluso en las provincias del imperio, conoce está táctica algo casposa por lo demás, pero a la medida del codicioso con problemas para competir de buena lid en un mundo cada vez más abierto. Por eso son los políticos y no los clientes, los primeros destinatarios de sus propuestas. Allí les va mejor. Con Camps o Griñán, por ejemplo. También con este señor. Nos cuentan.
La Free Software Foundation Europe (FSFE: Fundación Europea para el Software Libre), aportaba este fin de semana más información al respecto, incluyendo un análisis de la "carta" (pdf) enviada por la BSA a la Comisión Europea que encabeza este post.
En Nación Red | Las presiones de la BSA contra los estándares abiertos en la e-administración