En un movimiento sin precedentes, la auto-designada (por la casa Blanca) Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números (ICANN), que gestiona los nombres de dominio de Internet, ha abierto el mercado de los mismos a la posibilidad de crear dominios de primer nivel usando cualquier combinación de palabras.
Hasta ahora, además de los conocidos .com, .net o .info, uno podía registrar otros tipos de dominios genéricos como los .biz. A partir del próximo 12 de enero de 2012, cualquiera podrá usar palabras comunes y tener su dominio propio.
Pero cualquiera va en cursiva, porque la frase está incompleta. Cualquiera que tenga 185.000 dólares para ‘comprar’ la licencia del nuevo dominio, además de otros 25.000 dólares anuales para su mantenimiento.
Se prevé que las grandes empresas compren su dominio genérico, por lo que no será de extrañar que, dentro de un año, visitemos los sitios web cocacola.coke, o apple.apple. Seguramente pueda ser un nuevo ‘modelo’ de negocio el vender registros de dominios de éste tipo a los clientes, u ofrecerlos como ‘fidelización’.
Éste movimiento representa, simbólicamente, un nuevo pasito hacia la Web 3.0, una web cerrada y terriblemente comercializada, en la que los servicios premium estarán por encima de todo y que, para poder acceder a ella, deberemos contratar añadidos a la conexión básica.
Resulta más que curioso leer a Rod Beckstrom, Director Ejecutivo de la ICANN, hablando de la “apertura del sistema de nombres a la imaginación humana” mediante un sistema que permite dicha apertura a aquellas entidades o personas que puedan pagarlo, mientras que al mismo tiempo se va facilitando la retirada de los dominios de uso diario, como el .net.
Se ha hablado mucho de las funciones de la ICANN y de su ‘presunto’ control por parte del Gobierno Federal de los Estados Unidos. De hecho, la ICANN se creó en 1998 para tomar el control del registro de dominios, hasta ése momento gestionados directamente por el Gobierno norte-americano. Y así seguimos.
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