Mustafa Kemal Atatürk se considera el padre de los turcos, tal y como su segundo y adoptado apellido indica. Y se le considera el padre de los turcos ya que tras su liderazgo en la guerra de independencia, fue el primer Presidente de Turquía e impulsor de su conocida ‘occidentalización’, que se llevó a cabo a veces por la fuerza.
Hoy en día parece que la “occidentalización” no acaba de cuajar… o si que lo hace, pero de forma un tanto siniestra. Turquía aprobó el pasado mes de febrero una nueva normativa que convertirá al país en una enorme guardería en lo que se refiere al uso de Internet. Siguiendo la moda por la cual gobiernos ‘progresistas’ de todo el mundo se empeñan en proteger a sus ciudadanos de ellos mismos, el Estado Turco ha decidido emular a su fundador y convertirse en el padre de todos, decidiendo qué webs pueden visitar y cuales son perniciosas para la moral. Y todo ello, como siempre, bajo la excusa de la protección de la integridad moral y física de los menores de edad. Porque hay que pensar en los niños.
La normativa, que entrará en vigor el próximo 22 de Agosto y ha sido recurrida por la asociación de internautas turcos INETD, consta de una serie de cuatro filtros, a saber, infantil, familiar, doméstico y estándar, que se aplicarán si o si, sin dar opción a no poner ningún tipo de filtro. Los filtros incluyen una serie de listas, negra y blanca, completamente opacas a todos excepto a sus gestores, la Asociación de Telecomunicaciones, que depende directamente del Primer Ministro. Al no saber qué sitios web serán accesibles o no, los usuarios turcos de Internet realizarán una especie de ruleta rusa (o turca en éste caso) en que, arbitrariamente, podrán consultar una página o no. Y lo que se pueda consultar hoy, puede no estar disponible mañana, todo en base a la visión que tenga en cada momento el Estado Turco, de lo que es bueno para sus ciudadanos o no.
El Profesor de ciencias políticas de la Universidad de Ankara, Kerem Altiparmak, asegura que la norma no tiene base legal, que es un atentado a los derechos de libertad de expresión y comunicación y, por tanto, inconstitucional y asegura que en ningún país democrático europeo se ha aplicado un sistema de filtrado parecido.
Seguramente debido a los filtros informativos que ya se aplican de forma completamente ilegal y arbitraria en Turquia, el profesor Altiparmak no debe conocer las intenciones de la Comisaria de Interior Europea, o fuera de Europa, en la lejana Australia.
Malmström, así como alguno de sus seguidores en el Gobierno de España, estaría encantada con las listas de filtrado turcas, ya que serán secretas y no estarán sujetas a ningún control independiente, ni a decisiones judiciales ni serán recurribles. Todo un sueño oriental para gobernantes occidentales.
Imagen | Patrick Chappatte