La Conselleria de Educación de la Comunidad Valenciana tiene bloqueado el acceso a páginas web de varias asociaciones, tanto españolas como internacionales, que informan sobre aspectos relacionados con la diversidad sexual.
Los alumnos y profesores de los institutos valencianos no pueden acceder a páginas de contenidos basados en la diversidad sexual. Al introducir palabras como “gay”, “lesbiana” y “homosexual” aparece un aviso de “acceso denegado”.
Los filtros en cuestión y la decisión “de lo que se censura” dependen de una empresa externa según ha reconocido el gobierno de Camps. ¿Esta empresa establece filtros a su antojo? ¿Se ha privatizado incluso la gestión de lo que se censura en la red? Nadie lo cree. Como es normal la “empresa externa” sigue instrucciones políticas.
Las características y el proceso del filtro censor de Camps, no tanto la propia privatización de la decisión política de lo que se censura, si el gobierno de Camps dijese la verdad – es casi idéntico a otros casos similares a nivel internacional.
Excusa: pornografía infantil. Resultado: se censuran webs que nada tiene que ver con la pornografía infantil en función de la ideología de un lobby religioso.
El escándalo es mayúsculo, tibio en los medios, ya que entre las páginas bloqueadas e inaccesibles se encuentran, por ejemplo, la de la Federación Internacional de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales (ILGA), la sección europea de esta Federación o la misma Federación Española de Gays, Lesbianas, Bisexuales y Transexuales.
La diputada autonómica Mònica Oltra denuncia que el “delirio censor” de la consejería llega “al límite con la censura de dos páginas web que cuentan con apoyo institucional de la propia Generalitat: una de ellas es la que remite al Festival de la Luna, certamen de cine LGTB o la web del Colectivo Lambda, entidad declarada de interés social.
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Foto | gva Francisco Camps