Mariano Rajoy fue un ministro de Cultura fantástico, al que la SGAE le concedió la Medalla de Oro - Teddy Bautista
Lo de la Ley Sinde es tan bochornoso que incluso el Consejo Fiscal mostraba su extrañeza (canta tanto) por la composición de la famosa sección segunda que perseguirá webs y que presidirá, gracias a los votos del PSOE, PP y CiU, nada más y nada menos que el subsecretario del Ministerio de Cultura (o la persona en la que éste delegue) y cuatro vocales en representación de los ministerios de Economía y Hacienda, Industria, Turismo y Comercio, Presidencia y Cultura. El gobierno en pleno.
Una comisión gubernamental hecha a la medida de un perfil determinado que encajaba como un guante en la mano que mece la cuna de los intereses de la SGAE y el lobby del copyright en España con sede en la calle Serrano de Madrid. La mano de Santos Castro, un ex de la SGAE que ahora es el máximo responsable de Política e Industrias Culturales del gobierno de España y que "mañana" con toda probabilidad será la del gobierno de la alternancia sin alternativas que apoyó la Ley Sinde.
El Consejo Fiscal, conviene recordarlo, mostraba su sorpresa porque a los miembros de esta polémica comisión gubernamental que llevarán a cabo tareas de calificación jurídica, admisión, depuración y apreciación de pruebas", entre otras tareas de carácter judicial no se les exija unos mínimos conocimientos de Derecho, sino solamente "conocimientos específicos acreditados en materia de propiedad intelectual". Les ha faltado añadir que se valorará que sea en una sociedad de gestión de derechos de autor...
Lara y Olcese, también la "nueva SGAE" en la que van desembarcando los suyos, quieren jugar un papel clave en la elección del alto cargo que se sentará en la presidencia de la comisión censora del gobierno de Rajoy. Salvo que Rubalcaba consiga cumplir la promesa de no dejarse ganar (y siga Santos Castro) o los dos partidos (y CiU) pasen una agria noche electoral el 20-N y tengan que recapacitar sobre todo lo que hicieron mal, servir a los intereses de la SGAE, por ejemplo.
Todavía queda un cierto margen para la esperanza pues "terceros partidos" (muy diversos) pueden "sorprender" el 20-N, según los estudios preelectorales (circunscripción a circunscripción) que presentan una distribución de escaños que a día de hoy haría del todo imposible, por ejemplo, que el PPSOE pueda ampararse en su mayoría aplastante para reformar la Constitución sin referéndum. Por eso la impresentable reforma exprés en el tiempo de descuento de la legislatura.
Desde aquí, en todo caso, no calificaremos de idiotas a los votantes que quieran la continuidad del tripartito proSinde que tanto se confunde con la SGAE y otras entidades en apuros.
Foto | elenac En Nación Red | ¿Qué tienen los editores? ¿Qué tienen los productores? ¿Por qué tiene tanto miedo el PP?