Si la oposición es incapaz de unirse contra la LES, que invade competencias en materia de propiedad intelectual y daña el núcleo de valores y derechos que mantiene la esencia de la libertad en los países democráticos y avanzados, es que estamos peor, mucho peor de lo que imaginamos.
La política ya es una pesada carga sobre los ciudadanos. Por eso arrastran al burro. Algún día el mero hecho de que un macroproyecto intervencionista incorpore, además, una ley como “la Sinde”, será motivo de movilización en su contra más allá de lo digital.
Ahora no, menos todavía entre los peculiares partidos bisagras del Estado español, dispuestos a negociar el marco competencial y algún que otro sillón más, pero no a plantarse en defensa de la libertad. Toma nota, ciudadano.
Por eso, también es justo, citar uno a uno a los grupos que quisieron echar atrás el esperpento y recordar, insistimos, a los que ayer (PNV y Coalición Canaria) han hecho posible que la Ley Sinde siga avanzando para un minuto después llamar para comentar, poco menos, que ellos han copiado y pegado el manifiesto en su enmienda. Vayanse a la… Comisión a defender de verdad la libertad digital, que hemos tomado nota de que han salvado la LES cuando podía morir.
Los que intentaron frenar el atropello merecen el elogio y la cita, si bien ningún grupo, ni partido, ni político con escaño a hecho un trabajo en la calle y los medios contra esta Ley después de la movilización del Manifiesto. Los más claros Unión Progreso y Democracia (UPyD) y el Bloque Nacionalista Galego (BNG) que mostraron su rechazo total a la Ley Sinde y su estupefacción al verla incluida en un conjunto legislativo tan variopinto.
También el PP, CiU e IU-ICV (no ERC) por unas u otras razones, no precisamente la Ley Sinde, salvo en el caso de IU-ICV, defendieron, siendo derrotados, devolver el texto de forma íntegra. Todos coincidiero en una aspecto, la LES trata de abarcar demasiados sectores.
La política de lo concreto, de lo pequeño, es una corriente, también de dimensión legislativa, que abandera la micropolítica, más próxima al pacto con la sociedad civil. La LES es un canto a la teoría de la estructuración que no tiene en cuenta las nuevas corrientes de pensamiento y acción política parlamentaria o civil que reivindican la micro (especialidad y espacialidad). La LES es, salvando la larga distancia hasta la muralla china, como la construcción de una macropresa, en su afán de servir para todo y a todos. Valga el ejemplo, tomando distancia.
La ley Sinde no es de Sinde, es de José Enrique Serrano
Resuenan, como la máquina pesada que cruje la tierra en las tres gargantas del río Yangtsé, los ecos del estropicio de ayer. Oxigeno político para “la Sinde” y respuesta ciudadana en la red, también desde el periodismo digital. Aquí merece cita en primer lugar el artículo de Gustavo Bravo en El Confidencial, que recuerda algo esencial, que la Ley de Sinde no es de Sinde, es de un “tal” José Enrique:
Pero la ley no es suya. La inclusión de la norma en el anteproyecto de la Economía Sostenible (LES) fue de José Enrique Serrano, director de Gabinete del Presidente del Gobierno y ‘mano derecha’ de José Luis Rodríguez Zapatero. Da igual. Ella pone su nombre y da la cara, porque procede de lo más profundo de la industria audiovisual. Dicen luchar contra lo que llaman “la cultura del todo gratis”; pero mienten. Los españoles llevan casi cuatro años pagando un canon digital indiscriminado en cada aparato electrónico que compran para “solventar el daño económico de la piratería”, sin contar con que los internautas españoles sufren las tarifas más altas de Europa para poder navegar. De gratis nada. Está más que pagado.
No se puede legislar para salvar un negocio obsoleto, y no se pueden ignorar los derechos civiles. El problema no es Internet; está dentro de la propia industria, que se niega a evolucionar en un mercado global que no se detiene ante nada ni ante nadie. Hablar de “cultura del todo gratis” es una defensa en ataque, mientras lobbies y legisladores buscan la manera de asentar la cultura del “derecho al dinero” para unos y la del “derecho a saltarme el derecho” para otros.
Siempre que rascas un poco aparecen los amigos del Departamento de Estado (Washington, DC) en esto de dañar la red. No hay “conspiración” es algo tan evidente como la conexión de Sinde con intereses privados.
La dichosa ley en la macroley y su bautizo parlamentario de ayer le merece a Enrique Dans esta opinión:
El trámite parlamentario que estos días se inicia no es ni bueno, ni malo: es simplemente erróneo. Toda discusión que incluya la disposición final en cuestión no procede, está fuera de lugar, está viciada. La presencia de dicha disposición final debe ser enmendada. A lo mejor, en lugar de intentar crear “justicias a medida” y “comisiones de rompe y rasga” o de pretender que la economía sostenible consiste de alguna manera en el cierre de páginas web, deberíamos dedicarnos a repensar hasta qué punto el obsoleto concepto de propiedad intelectual resulta sostenible en la era digital.
En el mismo peródico económico que podemos leer este recomendable artículo de Enrique Dans, se hace crónica del suceso de ayer, esto es lo que pueden leer los lectores de Expasión:
Lejos de los objetivos de las normativas francesa y británica, que se centran en los usuarios infractores que realizan descargas ilegales y que se apoyan en el sistema de los tres avisos –los internautas tienen tres oportunidades de cambiar su actitud antes de quedarse sin acceso a Internet–, la propuesta española va directamente al origen del problema: las páginas de enlaces. Así, el contenido de la Ley Sinde apuesta por un sistema mixto en el que la CPI y la Audiencia Nacional deciden sobre el cierre de las webs infractoras.
En 20minutos.es titulan con precisión “La Ley Sinde sigue adelante sin encontrar casi oposición en su camino parlamentario”:
Se han presentado enmiendas y se han manifestado objeciones en contra de la Ley de Economía Sostenible, pero casi todas son muy vagas o proceden de los grupos parlamentarios más pequeños. Además, la mayoría ha pasado por alto o ha mostrado poca oposición al tema más espinoso de la Ley, la disposición conocida como Ley Sinde.
A diferencia de lo que ha sucedido en el plano político, multitud de grupos y medios se han alzado contra la ‘Ley Sinde’ desde el mismo momento en que fue planteada, ya que su entrada en vigor podría conllevar la vulneración de derechos fundamentales de los internautas además de un gran freno para la Red y la Sociedad de la Información.
Periodistas, medios (entre los que se encuentra 20minutos.es) y figuras relevantes de la blogosfera fueron los primeros en reaccionar. No tardaron en elaborar un manifiesto en contra del proyecto de ley. Bajo el título ‘En defensa de los derechos en Internet’ se inició un gran movimiento en Internet que se propagó a gran velocidad por páginas web y bitácoras.
Se percibe una diferencia editorial en la crónica de 20 Minutos y Expansión, habrá apreciado el fino lector. El Norte de Castilla hace honor en titulares a los dos partidos que salvaron el honor.
El PP también se lleva merecidos titulares contra el Canon Digital pero hay un profundo malestar entre destacados promotores del Manifiesto por lo que se considera más que una posición posibilista de mejora de la Ley una legitimación de la Disposición Adicional conocida por Ley Sinde.
En breve Nación Red publicará un profundo y detallado análisis jurídico y político de las enmiendas populares y su impacto o calado con respecto a la Disposición propuesta por el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero y Ángeles González Sinde, no lo olvidemos la ministra peor valorada por los ciudadanos según el CIS.
Los ecos del atropello Sinde llegan a México donde aparece citada con Hadopi y otros entes liberticidas que son consecuencia de ACTA y de los que que ven a Internet como un enemigo:
... al cual deben “destruir” para perpetuar su caduco modelo de negocios, presionando a los gobiernos a criminalizar actividades que son legítimas, a pisotear los derechos y libertades de los ciudadanos digitales, acabando con la democracia que existe en Internet…
Desde microsiervos, pesimismo razonado:
De muy poco han servido las protestas contra la llamada Ley Sinde, que camuflada dentro de la Ley de Economía Sostenible busca sustraer al poder judicial la potestad de cerrar sitios web y dejarla en manos de una comisión cuyos miembros están todavía por especificar.
parece que por ahora la posición de gobierno, que permanece enrocado en su postura en esta cuestión, tiene todas las de ganar y que más bien pronto temprano que tarde veremos como se cierran las primeras webs amparándose en esta nefasta ley.
La censura llega a nuestro Internet y algo habrá que hacer. Te lo sugiere Silvia:
Así las cosas, la Ley Sinde vuelve a cernirse sobre nosotros. Tal vez salga adelante por completo, sin cambiar una coma, tal vez les importe bien poco el revuelo y el estruendo que sacude la Red sobre el tema, pero no por ello hemos de encogernos de hombros y mirar hacia otro lado. Ahora es el momento de volver a menear las noticias, de volver a explicar lo que mil veces hemos explicado, de recordar los propósitos que en su día nos alumbraron. Después de todo, quizás falte muy poco para que dejemos de poder hacerlo. La sombra de la Sinde es alargada.
Imagen | Eneko / 20minutos.es