Hace unos meses que andan de disputas en la tierra de las libertades en torno a un dilema. Desde que la Administración Obama pidió que los navegadores dispusieran de un botón llamado Do not track que permitiera desconectar el rastreo de la navegación a voluntad del usuario, hay empresas que andan bastante a la greña con esta posibilidad; una posibilidad que si no aceptan, acabarán acatando por la vía de la legislación.
Del lado de la Casa Blanca, se persigue una pronta solución al problema de privacidad que representa que una empresa pueda conocer numerosos detalles sobre la actividad de un particular en internet. "Los consumidores estadounidenses no pueden esperar más tiempo para tener unas claras reglas de un camino que haga segura su información personal online", explicó el POTUS en su momento, aprovechando que está en año electoral. Y si no hay consenso, lo tiene muy claro: buscarán la manera de adaptar la ley para que se detenga el rastreo de las actividades online de los usuarios.
Yahoo lanzó hace unos meses su propio botón Do not track, Google anunció que lo haría en un futuro, y por su parte Mozilla confirmó que ya dispone de un botón que permite navegar sin dejar rastro. Lo mismo vale para Microsoft y su Explorer, que cuenta con la opción y que vendrá de serie a partir de IE 10, y para Safari, que también dispone de la opción de no rastreo.
Con todo, Obama quiere algo más estandarizado, sobre todo si tenemos en cuenta que ha habido ciertas argucias para conseguir el rastreo de usuarios pese a haber bloqueado esta posibilidad, tal y como sucedió cuando se detectó un posible seguimiento de Google a usuarios de Safari que tenían activado el control de rastreo.
El requerimiento de la Casa Blanca choca contra los intereses de empresas como Google y Facebook, que siguen la estela de migas que dejamos al visitar webs para hacer su negocio basado en publicidad adaptada al target, un negocio el de la publicidad online que está en expansión, con un incremento del 23 % interanual en el primer semestre de 2011. En las últimas horas no ha faltado quien ha criticado el temido botón, diciendo que deshacerse del rastreo equivale a matar internet. Son palabras de Linda Woolley, vicepresidenta ejecutiva de asuntos gubernamentales en la Asociación de Marketing Directo.
Sin ponerse dramáticos, lo cierto es que aún no se ha alcanzado un consenso sobre qué significa Do not track, y eso que el proyecto se remonta al año 2007, cuando la Comisión Federal de Comercio de los Estados Unidos propuso crear un bloqueo para anunciantes similar a las listas tipo Robinson que existen en el mundo del telemarketing.
Un lustro después, todavía no están claros los límites del Do not track. La llamada industria de Internet, liderada por Google, Yahoo y compañía, aboga por un sistema que permita evitar que el dato obtenido se pueda procesar para enfocar la publicidad a un determinado perfil de usuario, pero manteniendo la posibilidad de recoger el dato.
Por su parte, el presidente de la Comisión Federal de Comercio, Jon Leibowitz, explica que Do not track debería significar no recoger prácticamente ningún dato, a excepción de algunos que se puedan fijar de forma muy selectiva. Y por otro lado, también la Comisión Europea ha dado su parecer, recomendando que sea el usuario quien decida si la empresa recoge o no sus datos.
Y en estas andan. Hacia finales de este año, si no se han puesto de acuerdo las diferentes partes, quizá comience el camino para que se promulgue una ley en este sentido, y entonces ya no será una cuestión de buena o mala voluntad por parte de unos y otros, sino que hablaremos de un requerimiento legal.
Vía | Yahoo En Nación Red | EEUU podría obligar a los navegadores de Internet a usar herramientas anti-rastreo, El seguimiento de los usuarios de Safari por Google, bajo investigación