Uno de puntos fuertes de la batalla por Internet es el ansia de control total de las comunicaciones. Quien habla con quien, sobre qué, cuando y con que frecuencia. Para dificultar que los estados y sus agencias consigan esa información, los usuarios podemos aplicar diversos esquemas de protección, cifrado y navegación más o menos anónima, al menos hasta que los prohiban.
Pero Internet no es solamente la web, o el correo, o la mensajería instantánea o el intercambio de ficheros. Existen más cosas, como por ejemplo Usenet, o Free Net, ambos siendo ejemplos claros que demuestran que no es necesario ejercer control ni crear legislación añadida sobre las redes de comunicaciones para que éstas funcionen a la perfección, sin problemas mayores.
En la actualidad, tanto Usenet como Free Net 'trabajan' en su mayor parte usando la red de comunicación conocida como Internet, y que se basa en las conexiones que proporcionan las operadoras de telefonía. Por tanto, dichas operadoras pueden llegar a convertirse en una suerte de filtros, si finalmente se aprueban las nuevas leyes restrictivas destinadas a protegernos de nosotros mismos.
También existen redes de comunicación 'paralelas' a las que nos ofrecen las operadoras, como bien podría ser Guifi.net, que empezó sus andanzas hace ya años en las tierras de la Catalunya central y que ahora se extiende por todo el planeta.
Pero ahora imagínense lo mejor de cada casa, remezclado y unido en un solo paquete: un sistema de comunicaciones global, cifrado, distribuido y fuera del control de las agencias gubernamentales. Se llama Commotion y las primeras versiones completamente operativas podrían estar listas a finales de otoño o inicios de 2012.
Commotion es un conjunto de software que permite la creación de redes inalámbricas independientes, sin utilizar cables de teléfono, fibra óptica ni satélites, si no que conecta 'directamente' los dispositivos cifrando todo el tráfico, lo que lo hace casi imposible de monitorizar. No se sabe quién está comunicándose con quien, y mucho menos, de qué están hablando.
Los dispositivos en los que trabajaría Commotion serían routers Wi-Fi, ordenadores, smartphones o cualquier aparato con capacidad para captar ondas de las redes de telecomunicaciones, usándolas como 'carrier' para crear una red paralela.
El software se instalaría desde un pendrive USB y se podría conjuntar el uso con el sistema Freedom Box para permitir o restablecer las comunicaciones en casos como el de Siria o los 'apagones' de Internet de Egipto.
Por ejemplo, con una Freedom Box, cualquier ciudadano que realizara fotografías 'perniciosas' las podría mandar a la 'caja', que automáticamente la re-enviaría por todo el mundo en cuanto consiguiese acceder a Internet, ya fuera gracias al restablecimiento de la misma, o mediante cualquier enlace por precario y temporal que fuese.
Pero Commotion tiene detractores, especialmente por parte de las actuales operadoras, que tachan al sistema, como ya hicieron con Guifi.net y otros intentos de crear redes ciudadanas, de competencia desleal, aunque sabiendo como se las gastan los de las 'Telecos', esa acusación sería como mínimo motivo de unas buenas risas.
Pero además de detractores, sorprende el principal apoyo que tiene Commotion. Ni más ni menos que el Departamento de Estado de los Estados Unidos de América, con Hillary R. Clinton a la cabeza, que financia el proyecto con unos 2 millones de dólares anuales.
Sus razones tendrán, y seguramente tengan que ver con sus planes de actuación en caso de 'apagón de Internet'. Primero la zanahoria, y luego igual venga el palo.
Sea como sea, Commotion puede llegar a ser una gran herramienta para aquellos que crean en una red de comunicaciones libre, neutral, cifrada y sin intervención externa a parte de sus propios usuarios, es decir, una red en la que ni las operadoras ni los estados metan las zarpas. Habrá que esperar un poco más.