No es es el primero, ni mucho menos, pero a raíz del desalojo por "limpieza" que se realizó ayer por la mañana en la acampada de la Plaza de Catalunya se generó una enorme polémica. No tardó en aumentar el ruido cuando decenas de imágenes y vídeos de los allí presentes empezaron a circular. De este modo quedó en evidencia que la violencia ejercida por los cuerpos de seguridad no estaba justificada por la resistencia de los acampados.
Pero al margen de unas u otras opiniones que se han escuchado al respecto, lo cierto es que el máximo responsable es el que toma la decisión, es decir, el Consejero de Intentior Felip Puig y en última instancia, su jefe, Artur Mas.
Sin embargo, como todos tenemos nuestra parte de culpa por permitir que sus actos no tengan consecuencias políticas, parece interesante conocer la carta que han enviado responsables de Partido Pirata alemán al embajador español del país germano denunciando lo ocurrido.
Según el texto las protestas pacíficas (que comparan con las de Egipto) fueron "brutalmente" reprimidas con "medidas extremas" con la justificación oficial de que la plaza debía estar libre para las posibles celebraciones del Barça, que juega la final de la Champions League. No sólo eso, sino que además acusan de hacerlo sin anunciar y con el hecho probado de que los policías cargaban sin identificación, algo que no está permitido por Ley.
Con esto y añadiendo una relación con el Franquismo (que personalmente me desencaja un poco) cierran la protesta formal asegurando que se declaran "solidarios con las protestas pacíficas en España" y otros países de la Unión Europea y contrarios al uso de la violencia para frenarlas; algo cada vez más común pero "indigno de una Europa democrática". Es mejor, eso sí , mirar para un lado y echar la culpa a otros.
Foto | Mónica Poncelas