BT (antes British Telecom), el primero de los operadores del Reino Unido, envió información sobre sus clientes al polémico despacho ACS Law, campeón de la desprotección de datos, en una hoja de cálculo sin cifrar y adjunta en un correo electrónico. El gigante privatizado, la Telefónica de los británicos, se defiende:
Nos vimos obligados y presionados a cumplir con órdenes judiciales que nos obligan a proporcionar la información, en este caso solicitada por el despacho de abogados ACS Law
Debido a las serias preocupaciones sobre la integridad del proceso que está siendo utilizado por los titulares de derechos, vamos a resistirnos a compartir más información de clientes hasta que podamos estar seguros de que las supuestas infracciones de derechos de autor tienen una base y nuestros clientes reciban un trato justo
Alex Hanff, del Privacy International dijo que la noticia sobre el envío de datos sin cifrar por BT "es una triste parodia de la seguridad de los datos y aumenta aún más nuestras preocupaciones sobre las políticas de protección de datos a través de las grandes empresas y el sector público".
Privacy International presentará cargos muy duros en contra de BT. Igual que lo ha intentado con el despacho de abogados ACS Law que pagará £ 500,000 y se quedará tan ancho.
El director de Big Brother Watch, Alex Deane, ha explicado a The Guardian que la gravedad del asunto es extraordinaria, "como increible es que BT sea tan incompetente en el tratamiento de datos personales de los clientes. Más en el curso de procedimientos judiciales, en los que cualquier idiota sabría que hay que tener especial cuidado"
BSkyB y O2, la competencia de la chapucera BT, han querido dejar claro ellos envían los datos en un formato codificado. Un portavoz de O2 dijo que la compañía tiene "sensible" precauciones para la publicación de la información del cliente, explicando que los archivos enviados a la ACS: Law (el despacho-monopolio) fueron protegidos por contraseña, entregadas por teléfono, nunca e-mail.
Además estas dos compañías han dado un paso más y denuncian que todo el sistema y el propio método de detección es una chapuza que ofrece datos erróneos lo que supone una vulneración de derechos nunca vistos en el Reino Unido. La deriva enferma de los lobbies y los políticos que les sirven se está convirtiendo en el mejor aliado contra sus liberticidas y suculentas intenciones.
Pero faltaba nuestro amigo Andrew Heaney, director ejecutivo de estrategia y regulación de Talk Talk, enemigo número uno de la ley (Digital Economy Act) que permite estas cosas. Podía haber sacado pecho, "ya os lo dije", pero como buen caballero inglés se limitó a decir:
Esto un claro recordatorio de los peligros de dar los detalles de clientes a terceros para tratar de combatir la piratería. Entregar información de clientes a firmas de abogados para buscar una compensación sobre la base de las acusaciones de los titulares de derechos no es la respuesta.
En las listas recibidas y no protegidas por el "prestigioso" despacho de abogados de la Industria del copyright también aparecen detalles sobre las compensaciones económicas que ACS Law pedía a los usuarios (impuesto de autor), datos internos sobre los casos e incluso, detalles de las tarjetas de crédito de los usuarios que habían pagado una compensación.
Los conservadores en el gobierno esperan a que se pronuncie el regulador sobre una ley que ya pasa factura y muy gravemente a las libertades y a la intimidad de los ciudadanos. La izquierda laborista la aprobó, a la derecha conservadora no le molestó y los explotadores de derechos de autor sigue demostrando que se han hecho con el poder bipartidista y el cazo. Una multa y a seguir.
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