El otro día me llamó el comisario a las tres de la mañana para decirme: que ya se van. Como si eso fuera una verbena o una romería. Yo le dije: si quieren entrar, carguen. – José Bono
El presidente del Congreso se ha declarado absolutamente indignado con el “bloqueo” de los indignados al Parlament y ha recordado que “la fuerza pública está para legítimamente forzar a quienes quieren cometer el delito de impedir la entrada a los diputados. Es absolutamente inaceptable. Estoy indignado”. Ha dicho más:
El primer día que me preguntaron dije: estos chicos parecen buena gente. Pero a estos de ahora, desde luego yo no les invito ni a mi casa.
Lo que más parece una provocación para que algunos indignados se presenten en su casa, que no es la de todos, pues como todo el mundo sabe en España las elecciones a diputados son injustas y no únicamente por la ley electoral que premia a CiU y el PNV para castigar a IU o UPyD. También porque los partidos instalados en el poder se financian las campañas electorales con un extra que procede de la especulación del suelo o la corrupción, que ha hipotecado a la nación y a millones de españoles. Como acreditan los cientos o miles de casos de corrupción bien conocidos y esos sí, profundamente indignos. Los partidos, además, nombran a los jueces que les mantienen en el cargo. Véase la broma del Consejero de Justicia y amigo de Camps en la Vicepresidencia del CGPJ. Por no hablar del control de las televisiones y radios con licencia gubernamental y financiados con millones de dinero público.
En estas circunstancias es difícil saber si el indignado Bono lo está más que millones de ciudadanos españoles, que más lo estarán cuando se vaya conociendo mejor a su clase política. Cuentas en paraísos fiscales, sueldos de “austeridad” como el de Cospedal o extrañas intermediaciones en las negociaciones de contratos militares. Aunque nada como el Caso Interligare que por su relación con Internet y Rubalcaba más impactará ahora que poco a poco la red le comienza a ganar terreno a la televisión y la radio de la partitocracia. Por no hablar del papel que provoca canguelo.
Bono debería invitar a su “casa” a los indignados que quieren evitar que un ciudadano se quede sin casa y entender, como opinan muchos los que escriben en las páginas salmón de medio mundo, que lo “sorprendente” (y admirable) del caso español es que no se hayan producido graves episodios de violencia con los niveles de paro, desencanto, corrupción, despilfarro de dinero público y desfachatez de las élites (político-financieras) que sufre nuestra nación. Así sea.
Foto | Chesi – Fotos CC