Aunque insistan en que han cambiado de nombre, Telefónica siempre será Telefónica. Entrañables decenios de monopolio absolutista y quinquenios de oligopolio no pueden eliminarse tan fácilmente.
La empresa que tras conseguir beneficios récord decidió despedir a más de 8000 de sus trabajadores, cosa lícita en una empresa privada todo hay que decirlo, a menos que esos despidos acaben pagándolos los contribuyentes, quiere más. Alierta quiere mucho más.
Por eso les pegó la bronca hace un par de semanas en una de las sesiones de formación para directivos a la que asistieron los 150 más-altos-directivos. Y tras pegarles la bronca, los citó para el lunes 25 de puente, Día de Santiago y Cierra España, en la ciudad que la empresa tiene en las cercanías de Madrid.
Una vez allí, sacó el látigo y empezó a fustigar. Hay que moverse, porque todo está cambiando y hay que ser competitivos. Bajo esas premisas, organizó grupos de trabajo: clientes, precios, modelo de internet sostenible, despliegue de nuevas redes, móviles, espectro y capacidades.
Y mientras los 150 no daban crédito y se ponían en marcha, el Presidente se movía entre las mesas, atento y con la mano en el látigo para espabilar a los despistados.
Como sacar partido del hecho que el 20% de usuarios generen el 80% del tráfico; cómo acabar con las tarifas planas e instalar las tarifas de bits a peso (como el presunto portugués); en qué sitios es rentable instalar fibra óptica y en cuales no…
Alierta quiere muchísimo más. Por eso ha vuelto a citar a sus 150 más-altos-directivos las primeras semanas de Septiembre para empezar a tirar adelante los proyectos salidos de ésta especie de Campamentos de Verano.
Visto en tu2is por David Duro