Los flamantes alcaldes y presidentes autonómicos, recién elegidos, se enfrentan a 4 años de gobierno. Saben que el #15M ha cambiado las cosas, que tomar decisiones en la oscuridad de un despacho sin diálogo y transparencia o incluso amparándose en los predecibles y superficiales debates de los parlamentos puede no ser ya una buena idea. Ha surgido una masa viscosa e informe de activistas que en cualquier momento pueden denunciar estos comportamientos y convertir cualquier problema en portada de medios de comunicación españoles e internacionales. Estos políticos en el gobierno piensan, ya desde la mañana del #23M, como acercarse a esta ciudadanía (algo difícil al no haber líderes ni organizaciones y al existir principalmente en Internet; ninguno de los referentes con los que los políticos se encuentran cómodos existen ahora) - Juan Freire
Escuché ayer al presidente de Extremadura, uno de Rubalcaba, comentar que ahora no era el momento del debate y la discusión. Se refería a abrir un proceso de primarias. De lo que se trata es de nombrar a Rubalcaba con el dedo de Ferraz y dejarle hacer que es el más listo y el único hombre de Estado y de mundo. Prueba evidente de que no se han enterado de nada de lo que pasa en la calle y la red.
Volvemos a Juan Freire. "La invasión pacífica de las plazas por los ciudadanos es el símbolo de la recuperación del espacio público, del deseo de hacer política profunda y real. No la ficción que nos ofrecen con representaciones cada cuatro años. La gente quiere hacer lo mismo que hacen los grupos de poder que determinan las políticas de gobierno mucho más que los votos: quieren opinar, proponer, debatir … influir. Y, al contrario de la práctica habitual de políticos y lobbies, quieren hacerlo de forma transparente y abierta. Este deseo une a la gente que estos días sale a la calle, no una ideología".
Ahora los políticos tienen que tomar una decisión: bajar al espacio público para empezar a relacionarse realmente con la ciudadanía y por tanto poder hacer política significativa o permanecer en la irrelevancia y disfuncionalidad de las últimas décadas.
Es la hora del debate y la discusión que Fernández Vara quiere cercenar. Su bunker es el lastre que hunde al PSOE y a España. El mejor programa político es el que se proponga desmontar los obstáculos que impiden a los españoles (políticos y ciudadanos) desarrollar su capacidad para innovar.
Trasladar al ámbito de lo político el discurso público que ya está en la red y las plazas, pero sigue ausente en las sedes y los medios tradicionales, todavía, hoy, practicando un soez asistencialismo al servicio de sus diversos líderes en el interior de cada partido.
Como dice Eduard Punset "el estallido de la diversidad constituye el fenómeno capital de nuestro tiempo. El problema consiste en saber pasar de un escenario en el que se imponía la uniformidad, a otro en el que se gestione con eficacia la diversidad".
Hay miedo a abrir el partido por si sale un Asunción, un Borrell, un Pisapia, un Obama de provincias o una joven candidata que proponga retirar la Ley Sinde y sugerir nuevas formas de participación ciudadana.
Es el miedo a la calle que debate y a la libertad y democracia que deben exigir los militantes socialistas. Enterrar las primarias, generadoras de debates, oportunidades y de ilusión es enterrar el partido. La prueba de que no se han enterado de nada y de que esos "señores" ya no pueden ni quieren cambiar nada. El problema de España son ellos y no ha dimitido ni uno. Aunque también es verdad que las primarias en el PSOE dan mucho trabajo a Serrano y ahora mismo todos están muy cansados.
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