Ni WhatsApp ni Twitter: ChatGPT está cada vez más cerca de ser la superapp para todo. Y tiene todo el sentido

El calendario de adviento de OpenAI está demostrando tanto la buena salud como la ambición de la empresa creadora de ChatGPT.  Puede que algunos sean un poco meh, pero otros evidencian que quiere ser quien marque el ritmo de la IA y que ha llegado para quedarse e inundarlo todo. Porque da la sensación que la inteligencia artificial es solo el principio.

Si vas viendo uno por uno todas las sorpresas de esos '12 días de OpenAI', con algunas joyitas como la llegada de ChatGPT a WhatsApp como un contacto más o directamente, a una llamada de distancia, lo que se vislumbra es que ChatGPT va a ser una aplicación para todo y para todo el mundo. Una súper app. Quédate con el nombre porque es la obsesión de varias personas influyentes en la industria.

ChatGPT está llamada a ser la superapp de 2025 (y del futuro)

Sin ir más lejos uno de los pioneros en usar ese término fue Elon Musk, que cuando adquirió Twitter ya dejó claro que una de sus metas era transformarla en una 'súper app' al estilo de la china WeChat, en la que se pudiera hacer de todo: pagos, enviar mensajes, vídeos y llamadas... todo agrupado en un único sitio, la hoy diezmada X. También hemos oído hablar de superapp para referirse a WhatsApp, que nació como una simple app de mensajería pero desde hace tiempo es mucho más.

Puede que al magnate sudafricano su plan le esté saliendo regular, pero la definición nos sirve para delimitar la estrategia de incrustar una tecnología tan profundamente en el día a día de sus usuarios y usuarias que la acaben usando para todo.

OpenAI tiene las herramientas y la fama. Además, el nuevo paradigma llamado a cambiarlo todo es la inteligencia artificial y allí el producto de OpenAI mira por el retrovisor a Grok (la IA de Musk) y Meta AI. Y no solo en resultados, también en popularidad: usar ChatGPT en WhatsApp supone un win-win para el maintream, pese a disponer de IA en la popular app de mensajería desde hace meses.

ChatGPT hasta en la sopa. Pues bien, OpenAI parece estar haciendo algo parecido con ChatGPT lanzando diferentes herramientas orientadas a diferentes perfiles y necesidades: hay un buscador en ChatGPT que constituye un golpe a la línea de flotación de Google, un modo de voz avanzado para hablar con el chatbot, modalidades de visión, un Canvas para proyectos colaborativos de escritura y programación, un modo de vision para trabajar con imágenes... y subiendo.

Todo en torno a una única cosa: todo es ChatGPT con GPT-4o operando bajo el capó capaz de generar respuestas de texto, audio, voz e imágenes. Y por supuesto, no solo en el ordenador, mediante navegador o app, sino también en dispositivos móviles e incluso integrado en el ecosistema del iPhone.

Y tiene sentido: el objetivo final de la hoja de ruta de OpenAI es conseguir la Inteligencia Artificial General o AGI, reuniendo todas estas herramientas en un único agente que pueda realizar tareas más complejas a quienes la usen. Y están a la vuelta de la esquina: 2025, como explicó su CEO Sam Altman. Bloomberg incluso reveló su nombre en código: 'Operador' (operator) y su futurible capacidad para picar código, reservar vuelos o buscar en internet.

Quedan tareas pendientes. Aunque OpenAI ha demostrado su maestría en copar titulares y levantar el hype, no solo es cuestión de llegar el primero: también hay que hacerlo bien. Así, ChatGPT sigue teniendo encima de la mesa problemas de alucinaciones, vulnera la propiedad intelectual, ofrece respuestas de desinformación y difamación. Por otro lado, sigue necesitando una ingente cantidad de datos de calidad para seguir depurándose. Aunque seguro que están trabajando en ello, OpenAI camina firme hacia su objetivo de hacer de ChatGPT una superapp.

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