Virtualización con VirtualBox, la plataforma de Sun


Una de las plataformas más interesantes a la hora de probar la virtualización es VirtualBox, la plataforma de virtualización de Sun Microsystems. VirtualBox va por la versión 3.0.6 y es un programa para facilitar la virtualización completa de sistemas operativos que podremos instalar tanto en Windows, Mac como Linux. La sencillez es una de las mayores ventajas para el usuario que quiera comenzar a conocer la virtualización.

Nos ofrece su producto bajo licencia PUEL (Personal Use and Evaluation License), totalmente funcional y que podemos utilizar a nivel doméstico para nuestros propósitos de virtualizar un sistema operativo en nuestros equipos de casa. Otra cuestión sería si utilizamos ya este software a nivel profesional para virtualizar en empresas. Vamos a empezar pues a entrar en materia y en primer lugar comenzamos por descargar VirtualBox.


Para realizar este análisis de la facilidad para crear una máquina virtual utilizaremos como sistema operativo anfitrión un equipo que tiene instalado Ubuntu 9.04 y como sistema invitado Windows 7. Para Windows 7 le cederemos 1 GB de memoria RAM y nos pedirá durante la instalación un espacio para la instalación recomendado de 20 GB. Para hacerlo aún más sencillo instalaremos la versión de Virtual Box que tenemos en el gestor de paquetes Synaptic de Ubuntu.

Una vez instalada comenzaremos por crear una máquina virtual, para ello simplemente bastará con pulsar la opción del menú, nueva y comenzaremos con nuestra selección de las opciones en la que nos guiará un asistente para creación de máquinas virtuales. En primer lugar debemos seleccionar el tipo de sistema operativo, Windows, Linux, Solaris, etc. después pasaremos a seleccionar cantidad de memoria y disco duro.

En este último caso se nos abrirá un nuevo asistente para seleccionar la cantidad de espacio que cedemos al disco duro y en que directorio se alojará. En la elección del hardware siempre tendremos unas recomendaciones y en caso de equivocarnos una vez creada la máquina virtual podemos modificar sus recursos. En este caso como hemos indicado antes, nos recomienda ceder un espacio de 20 GB para crear el disco duro virtual. El disco duro virtual lo podemos alojar en nuestro disco duro, en uno externo o en una unidad de red.

Ya tenemos nuestra máquina virtual creada, que es lo mismo que si hubiéramos montado un ordenador desde cero, ahora tenemos que instalar el sistema operativo. Esto lo podemos hacer a la manera tradicional, introduciendo un CD de instalación en nuestro lector que reconocerá perfectamente y al iniciar la máquina comenzará la instalación. La otra opción es seleccionar una imagen *.iso de nuestro sistema operativo que tengamos guardada en nuestro disco duro. Es muy sencillo puesto que nos aparecerá un asistente de primera ejecución que nos permitirá elegir como queremos instalar.

Si lo hemos hecho todo bien, al finalizar el asistente comenzará la instalación de vuestro sistema operativo. Las instalaciones en máquinas virtuales se realizan de la forma habitual así que hay que tener preparada la licencia del sistema operativo, en nuestro caso Windows 7. Lo primero que nos pide es seleccionar los idiomas. Marcamos con el ratón las opciones y una vez seleccionadas veremos que el ratón se encuentra atrapado en la ventana de instalación de Windows 7 y no se puede desplazar hacia el resto de nuestro escritorio. Para ello tenemos que pulsar la tecla Control de la derecha del teclado y podremos mover el ratón por el resto de nuestro escritorio con normalidad.

Una vez concluida la instalación del sistema operativo y puesto en marcha nuestra máquina virtual vamos a proceder a instalar unas cuantas opciones que mejorarán nuestra experiencia con la virtualización. En primer lugar habilitaremos que parte de la memoria le destinamos al vídeo y habilitaremos la aceleración 3D. Después en al apartado de sonido seleccionamos como controlador Alsa y lo habilitamos. Por último tendríamos que asignar que carpetas compartiremos entre ambos sistemas.

Para que funcione la compartición de carpetas la carpeta creada en el equipo anfitrión deberá estar compartida mediante Samba. Podemos compartir tantas carpetas como necesitemos entre ambos sistemas. Dentro de estas es importante compartir la carpeta Media de nuestro sistema Ubuntu que será donde se montan los dispositivos USB cuando los detecta el sistema anfitrión. Esto no es necesario con la versión 3.0 de este software donde nos permite seleccionar si un USB lo queremos utilizar con el anfitrión o con el invitado.

Por último, es importante instalar las Guest Addition, que nos permitirán realizar una transición entre equipo invitado y anfitrión tener que estar pulsando la tecla Control para cambiar la opción de usar teclado y ratón entre sistemas anfitrión e invitado. Además nos posibilita la opción de cortar y pegar texto entre documentos de los distintos sistemas.

Una vez finalizado ya tenéis vuestros sistema virtualizado para poder trabajar. La ventaja de VirtualBox es sobre todo su sencillez. Crear y administrar una máquina virtual es muy sencillo. Su principal desventaja respecto a VMware es el rendimiento. En ordenadores potentes la diferencia entre ambos programas puede ser inapreciable, pero para equipos más justos de recursos se nota que VMware optimiza mejor los medios de los que dispone para virtualizar.

Dedicaremos el próximo capitulo del especial a la instalación de VMware y una vez instalado veremos como rinde la máquina que hemos configurado, tanto a nivel de exigencia con el anfitrión como con el invitado. Veremos que posibilidades nos ofrece esta plataforma y como conseguir un funcionamiento adecuado para nuestros sistemas.

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