A pesar de que una década atrás los más atrevidos comenzaron a vaticinar el fin del periodismo como lo conocíamos hasta entonces, y aunque no pocos afirmaron la inminente desaparición de la prensa escrita, el cambio ha ido cuajando despacio, plasmándose en despidos y ERES en periódicos y semanarios, así como en la desaparición de medios minoritarios. Una fatídica realidad a la que hemos tratado de adaptarnos pero sobre la que hoy se posan todas las miradas.
Si, porque acaba de caer uno de los grandes: The Independent. El diario británico, de esta manera, ha afirmado que terminará con su edición impresa, de manera definitiva, el próximo 26 de marzo. Una fecha a la vuelta de la esquina a partir de la cual se centrará en la versión online, mucho más rentable y sostenible; y una clara señal de que el asunto va en serio.
La desaparición de la versión impresa
Así, la publicación con más de treinta años de trayectoria, ha confirmado los rumores que venían escuchándose desde hace unas semanas y apostará por un futuro exclusivamente digital; una decisión que trata de abordar, de algún modo, la caída de ingresos por publicidad que ha sufrido el papel (la principal fuente de financiación de la mayoría de entidades de este tipo); y que, implicará, según han comentado, la creación de 25 puestos de trabajo específicos pero también algunos despidos.
La publicación, que se convertirá en la primera gran cabecera ingles en publicar solo online, ha optado por mostrarse positiva ante el cambio "The Independent ha sido siempre un periódico pionero y cuenta con un amplio historial de innovación. Su herencia es la del primer título realmente independiente en Gran Bretaña. Mi familia compró e invirtió fuertemente en él porque creemos en el periodismo de calidad, y este movimiento asegura el futuro de estos valores editoriales de vital importancia ", ha asegurado Evgeny Lebedev, su propietario.
Defenderlos en un medio en el que la velocidad prima más que nunca (publicar los primeros la noticia se convierte en algo totalmente imprescindible en este ámbito todavía más competitivo) en detrimento de la investigación, la reducción de la plantilla, la disminución de los reportajes y la falta de, secciones, fuentes contrastadas y personales no parece, a priori y a pesar de lo deseable, muy factible.
No podemos olvidar, por otra parte, que este diario no siempre se ha caracterizado por reaccionar a tiempo ya que, si bien en 2003 su cambio de sábana a tabloide constituyó un auténtico acierto, no supo subirse cuando debía al carro de los que empezaron a apostar por la web. Un hecho que aprovecharon sin perder ocasión The Guardian y The Times, consolidándose en esta transición digital. En todo caso y a la larga, parece que a la larga el resto también deberá sumarse a esta iniciativa, especialmente si tenemos en cuenta que los beneficios de la mayoría han caído un 40% durante la última década.
La situación en España
En España, también nos hemos visto obligados a adaptarnos al desafío digital. Así, nos encontramos con casos como el de La Gaceta y Público (2013 y 2012 respectivamente), que tuvieron que llevar a cabo una reestructuración similar, además de con numerosos ejemplos locales –Valencia Hui, Galicia Hoxe, Xornal de Galicia, Hoy, etcétera-. La (todavía más que en otros lugares del mapa) lenta adopción del modelo de pago y las reticencias del potencial cliente no hacen más que alargar la agonía.
Por fortuna, no todos han salido perdiendo, sino que los bajos costes han fomentado la aparición de casos como el de El Español -que inició su andadura de la mano de Pedro J. Ramírez (el ex director de El Mundo) en octubre de 2015-, OK Diario –a cargo de Eduardo Inda y con una inversión inicial más modesta-, La Información. Eldiario.es y The Huffington Post, todos ellos medios generalistas de referencia que han conseguido hacerse un hueco en el mercado.
Asimismo y según indican los últimos datos arrojados por comScore, los diarios digitales informativos tuvieron, el año pasado, 29,9 millones de usuarios únicos; y las marcas invirtieron 298 millones de euros en publicidad digital, un 11,3 más que el año anterior. Las previsiones de Zenith Vigía apuntan a un crecimiento interanual del 8,8% en cuanto a esta inversión.
Otras consideraciones
Al margen de lo dicho, no pueden perderse de vista una serie de cuestiones básicas, pues si bien es probable que con el cambio la publicación gane lectores, no podemos obviar que también los perderá, especialmente aquellos mayores que no se hayan adaptado a la “llamada era digital”. De hecho, la limitación a la web debería llevar aparejado un estudio de su nuevo target; es decir, el periódico tendría que plantearse a qué público se está dirigiendo y pensar en formas distintas de abordar la información.
Un posible rediseño –más limpio, que exceda lo que hasta ahora venía siendo una copia de lo impreso, con posibilidades de personalización-, el añadido de vídeos y artículos de “fácil consumo”, así como la introducción de otros parámetros que tengan en cuenta la legibilidad en la red y nuevos dispositivos, resultarán también de vital importancia. Por desgracia y a falta de un modelo definido, tan solo cabe esperar. Y tú, ¿crees en el futuro de la prensa impresa?
Imágenes | Pixabay
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