Los suburbios de las ciudades tienen más tiendas y más vida y eso, incluso, ha reducido la delincuencia en algunos lugares
Las grandes ciudades de mundo han perdido población en los centros urbanos desde 2020
El teletrabajo llegó a nuestras vidas como un tsunami sin un plan por parte de muchas empresas: una pandemia sanitaria obligó a quedarnos en casa y había que evitar frenar del todo la actividad económica.
Como recuerda este nuevo análisis en The New York Times, cuando los lugares de trabajo se renuevan debido a un cambio grande, los y las economistas, psicólogos, sociólogos y otros académicos suelen tardar algún tiempo en recopilar datos sobre sus efectos.
Muchos son los estudios que van surgiendo y desde Genbeta damos visibilidad a aquellos que nos resultan interesantes para nuestros lectores. Así podemos entender cómo han cambiado los hábitos y el ocio a causa del teletrabajo; las relaciones intrafamiliares; que muchas personas se sienten más solas ahora sin ir a una oficina; o cómo los jefes pueden desconfiar de sus trabajadores cuando no están viendo lo que hacen.
Hay que pensar que en Estados Unidos pasaron de tener a un 4% de la población trabajando desde casa en 2019 a un 54% en 2020. Muchos investigadores se lanzaron a examinar los efectos del trabajo remoto en los empleados y para la economía en general. Ahora están surgiendo los primeros grandes resultados y aquí vamos a hacer un resumen de los grandes rasgos de cómo el teletrabajo ha afectado a muchas cosas de nuestra vida, incluso a la composición de las ciudades.
Las ciudades han vivido cambios
En términos generales, las empresas físicas sufrieron en los centros urbanos, que es donde normalmente se ubican las oficinas. Aún así, algunos tipos de negocios, como las tiendas de comestibles, han podido afianzarse en los suburbios.
Al mismo tiempo, los alquileres aumentaron en lugares que eran más asequibles a medida que los trabajadores remotos e híbridos abandonaron las viviendas urbanas, mucho más caras tradicionalmente.
Cuando unos 50 millones de estadounidenses empezaron a trabajar desde casa en los primeros días de la pandemia, los minoristas tradicionales de los centros urbanos sufrieron y se calcula que entre 2019 y 2021 se cerraron en EE.UU un 8% de las tiendas de ropa que existían en centros de ciudades, según un estudio que utiliza datos de transacciones de 70 millones de clientes de Chase Bank.
Algo similar, en cuanto a vivienda, también ha sucedido en España. Este año hemos podido ver cómo áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona han sufrido una enorme subida de precios de la vivienda.
Falta un macroestudio que muestre cómo otras provincias alejadas de estas grandes ciudades también están recibiendo nuevos moradores que, aprovechando el teletrabajo, han cambiado de vida.
Suburbios con más vida
Al mismo tiempo, mientras vemos en los estudios que tiendas de productos que consumimos a diario (ropa, comestibles...) cerraron en los centros, se calcula que en los suburbios de las ciudades de Estados Unidos aumentaron las tiendas de comida en un 3%.
Además, todo esto podría tener una ventaja inesperada: un estudio realizado en Gran Bretaña mostró que los robos disminuyeron casi un 30% en áreas donde hay altas tasas de trabajadores que hacen sus tareas en remoto.
El estudio que es de agosto de este año, achaca esto a que hay "más ojos en la calle" en estos vecindarios. Vamos, que hay vida, hay movimiento y no calles solitarias.
Además, que tanto hablan los grandes medios de comunicación de la ocupación de casas, este estudio recuerda que cuando una persona no tiene medios económicos y decide ocupar una casa donde poder vivir, elige antes una que esté vacía a una donde vivan personas, de acuerdo con este estudio en el Reino Unido. Por tanto, los barrios que antes podían tener muchas viviendas vacías, ahora encuentran nuevos vecinos que se han mudado gracias al teletrabajo.
Los modelos híbridos que traen bienestar al trabajador de oficina
Un estudio de Journal of Urban Economics recuerda que hay tres efectos importantes cuando muchos ciudadanos trabajan en remoto dentro de una ciudad: los empleos se trasladan al centro de la ciudad, mientras que los residentes se trasladan a la periferia; la congestión del tráfico disminuye y los tiempos de viaje también; los precios inmobiliarios medios caen, con descensos en las zonas centrales y aumentos en la periferia.
"Los trabajadores que pueden pasar al teletrabajo disfrutan de grandes beneficios en materia de bienestar al ahorrar tiempo de viaje y mudarse a vecindarios más asequibles. Los trabajadores que continúan trabajando en oficina disfrutan de ganancias en bienestar debido a los tiempos de viaje más cortos, un mejor acceso a los empleos y la caída en los precios promedio de bienes raíces".
Además, la consultora McKinsey ha recordado cómo "durante más de 20 años, las ciudades superestrellas fueron el centro del crecimiento global. Solo el 1% de la superficie de la Tierra acogió más del 50% del crecimiento del PIB y de la población mundial entre los años 2000 y 2019.
Por un lado, como más empresas estaban en estas grandes ciudades, otras más llegaban allí y eso llevaba a las personas a mudarse en masa a esas ciudades por las oportunidades laborales. Todo esto con un acceso limitado a viviendas, encareció muchísimo este bien básico.
Luego comenzó la pandemia, lo que provocó que una ola de hogares abandonaran las ciudades superestrellas y, por tanto, redujeran la población. Por ejemplo, la población de Munich, en Alemania, creció un 1% anual entre 2014 y 2019, por ejemplo, pero creció solo un 0,3% anual entre 2020 y 2022. El núcleo urbano de la ciudad de Nueva York perdió el 5% de su población desde mediados de 2020 hasta mediados de 2022, y el de San Francisco perdió el 7%.
Imagen | Foto de Adrian Schwarz en Unsplash
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