¿Cuándo nació la mensajería instantánea? Bueno, eso es una pregunta compleja, que depende de cómo definamos el concepto. No nació, desde luego, con WhatsApp; ni siquiera con MSN Messenger. Algunos dirán que en los '80, con la creación del comando 'talk', pero limitaba la comunicación a usuarios de un mismo servidor académico o corporativo. Otros pensarán en el IRC, pero éste se centraba en las salas de chat, no en la comunicación de usuario a usuario.
De modo que la respuesta estándar para esta pregunta suele ser que nació en noviembre de 1996, cuando la compañía desarrolladora israelí Mirabilis lanzó al mercado el programa ICQ. Su nombre remitía a la pronunciación en inglés de 'I Seek You' (Te busco).
Te busco, ICQ. Firmado: la competencia
El (entonces) novedoso esquema de funcionamiento de esta nueva mensajería instantánea era el siguiente: cada usuario se instalaba en su PC una aplicación gráfica (el cliente) que se conectaba a un servidor común (disponible a través de Internet, al contrario del antiguo 'talk'). Una vez ahí podíamos contactar con nuestros amigos si previamente nos habían dado 'su número'.
No hablamos de su número de teléfono, sino de su UIN ("Universal Internet Number") que les identificaba como usuarios. Dejando al margen el concepto de 'UIN' (que siguen usando otras plataformas de mensajería como Gadu-Gadu), el molde que inventó ICQ es el que ha servido para dar forma a centenares de aplicaciones posteriores desde entonces hasta nuestros días.
Financiado en su mayor parte por el padre de uno de los fundadores de Mirabilis, el crecimiento de ICQ no dependió del marketing tradicional de la época, sino del éxito viral, de que cada nuevo usuario invitase a sus amigos a unirse. Dos años más tarde, uno de los gigantes mediáticos y tecnológicos de la época, AOL (America On Line), adquiría Mirabilis y, con ella, ICQ.
La operación tuvo un valor total de 407 millones de dólares, a pesar de que la startup israelí prácticamente carecía de ingresos. Sin embargo, no era una compra que buscase la rentabilidad, sino el monopolio: AOL había lanzado en 1997 su propia herramienta de mensajería instantánea, AIM, y no había logrado más que hacerse con el segundo puesto.
De modo que, quedándose con Mirabilis, se quitaba de en medio la competencia. Al menos hasta que Google y Microsoft irrumpieron en el sector con GTalk y MSN Messenger, respectivamente.
Antes de eso, sin embargo, ICQ todavía disfrutó de tres años de predominio, llegando a alcanzar los 100 millones de usuarios registrados. AOL consiguió patentar la tecnología de ICQ en 2002, pero para entonces ya había comenzado su declive.
Todavía cuando AOL vendió ICQ en 2010 a Alisher Usmanov, un millonario ruso que también era el principal accionista del portal Mail.ru, la aplicación de mensajería instantánea contaba supuestamente con 42 millones de usuarios diarios.
ICQ desembarca en los móviles haciendo escala en la Madre Rusia
Pero el cambio de gestores rápidamente provocó un descenso de su popularidad fuera del entorno rusófono, si bien lo consolidó en éste, convirtiéndolo en un elemento distintivo de su cibercultura. En su favor, podemos destacar que gestionó el desembarco de los smartphones mucho mejor que MSN Messenger: para 2013, la mitad de sus usuarios restantes ya se habían pasado a la app móvil.
Con el tiempo terminó incorporando videollamadas, filtros con IA, charlas grupales, stories, mensajes de voz y toda la parafernalia típica de un software que aspira competir con apps tipo Snapchat.
Curiosamente, todavía experimentó un pequeño momento de gloria en 2021, cuando la polémica con la actualización de las condiciones de privacidad de WhatsApp provocó que inesperadamente las descargas de ICQ se multiplicaran por 35 en Hong-Kong. Un 'momento Mastodon', podríamos llamarlo.
Si quieres echarle un vistazo a la app, está aún en funcionamiento y disponible para Windows, Mac, Linux, iOS y Android. Eso sí, no lo hagas por nostalgia: de lo que ofrecía en sus buenos tiempos sólo le queda el icono.
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