En la India los periódicos impresos son un medio de comunicación que tiene muchísima fuerza y mucha penetración en los distintos estratos sociales. Se pueden encontrar en gran número, y siempre que hay una buena historia todos se pelean por publicarla primero, acudiendo en masa a donde se haya producido (o eso dicen en Bloomberg). Hay una en concreto que les encanta: crímenes cometidos por ingenieros de software.
En la ciudad de Bangalore, el "Silicon Valley hindú" desde hace casi 20 años, los titulares que hablan de crímenes que tienen como protagonista a trabajadores de las tecnologías de la información (TI) están siempre en primera plana. En ocasiones, y dado lo aparatoso de los mismos, los medios suelen ponerse de lo más amarillistas con el tema, pero eso vende periódicos. ¿Por qué a los hindúes les interesa tanto?
Al parecer, todo tendría que ver con algo tan sencillo como la voz alemana _schadenfreude_: alegrarse por las desgracias de otros. A los hindúes les encanta ver cómo los "techies" (como llaman allí a los ingenieros de software) cometen crímenes precisamente por su posición social.
Techies, los nuevos dueños de Bangalore
Bangalore es una ciudad en la que viven más de diez millones de personas. Situada en el estado de Karnataka, tiene el mayor número de startups del país. Y por si fuera poco, es la base de operaciones de Google, Apple, IBM, Intel, Microsoft y Oracle. A estas hay que sumar empresas nacionales como Infosys o Wipro.
De esos 10,5 millones de habitantes, un 10% de sus habitantes trabaja en las TI. La ciudad creció exponencialmente de 1981 a 2001, conforme la (por entonces) recientemente creada categoría profesional del ingeniero de software iba ocupando un espacio en sus calles. Y con ellos, llegó un cambio que se percibe de forma distinta por las múltiples capas de la sociedad hindú.
Según el medio, estos ingenieros de software eran muy diferentes de los residentes tradiconales de la ciudad: hablaban inglés en lugar del idioma nativo, y vivían en torres de apartamentos con piscinas y gimnasios, en lugar de en cabañas. Trabajaban en oficinas de diseño modernas, compraban en centros comerciales creados por arquitectos famosos, comían en restaurantes de cadenas occidentales y bebían en bares elegantes.
De forma inadvertida, a la par que iban apoderándose de la ciudad e iban consiguiendo que parte del foco tecnológico asiático se situase sobre la India, se iban convirtiendo en atracciones de circo. Sus hábitos resultaban extraños para la prensa local, que no dudaba en documentarlos siempre que podía. Incluso acuñaron un nuevo término para referirse a ellos.
La palabra "techie" apareció por primera vez en los años 90 del siglo XX, porque era más corta que "ingeniero de software". A los lectores de los periódicos les encantaban las historias de los techies que hablaban sobre su extravagante estilo de vida, así que la prensa se centró (y se sigue centrando) en ellos para llenar sus páginas.
Se contaba (y se cuenta) todo lo que tenga que ver con ellos. Incluso se ha llegado a publicar cosas como los accidentes en su vida cotidiana, como este artículo aparecido en el Deccan Herald. Por hacer un paralelismo, se los puede comparar con los famosos de las revistas del corazón.
Con la posición llega el desprecio
Hoy por hoy, los periodistas hindúes aplican la palabra "techie" a cualquiera que tenga que ver con las TI. Algunos titulares implican que su posición está por encima del resto de las personas, mientras que otros como el del artículo que mencionamos en el punto anterior casi parecen una excusa para poder usar la palabra.
A los ingenieros de software se los ha sometido a un escrutinio tan bestia que se los ve como a bichos raros, como si se tratase de animales en un zoológico. Para Ravi Joshi, director del Bangalore Mirror, se trata de una especie de lucha entre "lo local contra lo que viene de fuera". En sus propias palabras, es una profesión que "no pertenece a este entorno".
La cosa va mucho más allá. En el artículo de Bloomberg, escrito por Ben Crair, se detalla la opinión de un conductor de Uber que le sirvió para moverse por la ciudad. Cuando el periodista le preguntó qué pensaba de los techies, el chófer dijo lo siguiente:
Vienen y destruyen nuestra cultura. La gente de aquí son sus sirvientes. Toda Bangalore se está yendo por el desagüe.
Este conductor, que responde al nombre de Chethan J., tiene un doctorado en Ciencias Políticas y en Economía, y se unió a Uber cuando no pudo encontrar un trabajo mejor. Aun así, desde la industria se dice que son responsables del 30% de los empleos indirectos que se crean en Bangalore.
No es el único que piensa así. Ben Crair también recoge la opinión del guía de los jardines botánicos de la ciudad, Vijay Thiruvady:
El boom tecnológico ha cambiado la ciudad por completo. La han arruinado. Con la llegada de los techies, puedes ver el tráfico, puedes ver la rabia al volante, puedes ver los problemas con la infraestructura, puedes ver zonas verdes que desaparecen.
Narayanan Krishnaswami, periodista del Times of India, confirma esta visión:
Para mucha gente, los techies son como un repudio a lo que la ciudad solía ser. Y todo se centra en la causa de la prosperidad, que comenzó con la implantación del sector tecnológico.
Los criminales que llegaron del subcontinente
Ahora que ya tenemos claro el papel que juegan los ingenieros de software en el día a día de Bangalore, y por qué su población local los desprecia, ya podemos hablar de lo que vende periódicos: los crímenes cometidos por ellos. Basta con realizar una rápida búsqueda en Google para encontrarse con un buen montón de sucesos desagradables que tienen un techie como protagonista.
Al leer titulares como "Techie mata a su mujer por compartir detalles personales y después se suicida" en The Times of India, o "Techie muere en extraño accidente" en el mismo medio, junto con una plétora de crímenes cometidos por ellos y bien documentados por la prensa, es fácil pensar que el ingeniero de software es la figura más odiada de la India.
Casi cada edición de los medios hindúes contiene una historia violenta con un techie como protagonista: homicidios, violaciones, robos, chantajes, lesiones, suicidio o cualquier otro crimen. Cuando es al revés, y un ingeniero es la víctima, a los medios hindúes también les sirve para vender periódicos a mansalva. Ahora bien, ¿por qué?
Ravi Joshi, editor del Bangalore Mirror, lo reduce todo a algo que comentamos al principio del artículo, la ya citada _schadenfreude_:
Cuando un techie cae, todo el mundo se siente feliz por ello, aunque no lo digan públicamente.
Al público hindú no le gusta el interés por la cultura occidental de los ingenieros de software. No les gusta que desprecien la cultura hindú. A diferencia de muchos jóvenes del subcontinente asiático, no viven con sus padres. También beben alcohol, gastan su dinero como mejor creen, viajan al extranjero, trabajan en horarios poco convencionales para el país y se casan por amor.
Si te cuesta concebir que una persona relacionada con las tecnologías de la información pueda tener comportamientos criminales, recuerda que hasta Bill Gates tiene antecedentes. La posición de la que los techies disfrutan, el estrés al que se ven sometidos y la cantidad de horas que pasan delante de un PC les afectan muy negativamente.
En palabras de Nagendra Kumar, comisario de policía de Bangalore:
Un techie no piensa como la gente corriente. Su mente funciona como un ordenador. Quiere que la vida vaya a la velocidad de internet. En un cruce, un techie nunca esperará a que el semáforo se ponga verde. En Bangalore, los muertos por accidentes de tráfico son techies en su totalidad. En casa, un ingeniero de software se puede volver violento con su familia o su mujer por no seguir sus órdenes automáticamente.
Para una inspectora de policía a la que Ben Crair se refiere simplemente como Kanakalakshmi, la explicación es mucho más sencilla:
Los techies están siempre por enicma del sistema. Su posición hace que se comporten como bestias, casi.
Para la comunidad hindú de Reddit, el techie se ha convertido en un meme, muy al estilo del "hombre de Florida" para la comunidad estadounidense: un arquetipo de criminalidad incompetente y violencia desafortunada. Por otro lado, y tal y como recoge Crair, en una sociedad sin héroes "los techies son los únicos héroes", con independencia del rechazo que generan.
Vía | Bloomberg
Imagen | cell105
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