Si 'El amor en tiempos del Cólera' era complicado (como puede deducirse de la novela), dejar volar la creatividad en tiempos de la inteligencia artificial es todo lo contrario. Ojo, no porque ChatGPT lo haga todo por ti, si no porque tienes un montón de herramientas a la disposición de tu ingenio. Y para muestra, este experimento que requiere de herramientas de IA gratis y al alcance de cualquiera y relativamente poco tiempo.
Como a la hora de escribir lo normal es que no te quedes con lo primero que se te pase por la cabeza, puedes empezar pidiéndole a ChatGPT algunas buenas ideas para cuento infantil. ¿Que te ha gustado alguna de sus ideas pero quieres matizar algo? Lo bueno es que lo puedes personalizar hasta el grado de pedirle que la protagonista sea una niña de tres años, justo como tu sobrina.
Entre las habilidades de ChatGPT está poder emular estilos, así que por ejemplo podrías pedirle que escriba como el Roald Dahl. Quizás prefieras ese halo de penurias de Charles Dickens o la magia de Gloria Fuertes.
Puedes darle las vueltas que quieras, por ejemplo que haga los párrafos algo más descriptivos y con más misterio. ¿Echas en falta diálogos? Pídele que meta alguno que otro, si así lo deseas.
Cuando ya tengas la historia tal y como te guste, entonces necesitarás un título con gancho. De nuevo, puedes pedirle a ChatGPT tantas veces como quieras.
Ya tienes el texto, pero a un niño o una niña no le va a gustar enfrentarse a un montón de caracteres seguidos y sin gráficos. Así que te toca una labor manual: copiarlo todo y pegarlo en un software (por ejemplo Adobe Illustrator) y pensar las respectivas divisiones de textos por páginas. Asimismo, en cada página debería haber al menos una ilustración.
Así te toca recurrir a una inteligencia artificial que sea capaz de generar imágenes a partir de una descripción, por ejemplo DALL-E 2 o Midjourney.
El trabajo esencialmente será copiar el párrafo al que le quieras asignar una descripción y pegarlo en la interfaz. Cuando te devuelva una imagen, verás si te satisface o si por el contrario, quizás sea necesario añadir ciertos matices al texto introducido para que mejore su trabajo.
¿Que aún así hay ilustraciones que no te terminan de satisfacer del todo? En ese caso siempre puedes optar por editar la imagen y añadir o retirar a tu gusto con Photoshop o quién sabe, con Paint como la señora Concha García. Cuando ya tengas las imágenes, habrá que elegir tamaños y recortarlas si fuera preciso.
De vuelta en la maqueta, toca la nada sencilla tarea de asignar espacios, elegir fuentes y tamaños a la vieja usanza. Algunas ilustraciones pueden rellenar páginas completas, otras pueden combinar texto...probablemente esta sea la fase más laboriosa y requiere de destreza en este programa y un poquito de buen gusto.
Aunque esto es estético y opcional, si buscas que el resultado sea lo más pro posible, piensa además en el formato libro, con su portada y contraportada, así como en una distribución que te permita imprimir y encuadernarlo. Te puedes complicar tanto como quieras, pero en el caso de easy ez le ha tomado dos horas y el resultado es impresionante.
Imagen | Eva Rodríguez de Luis mediante DALL-E 2
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